Hambruna la pesadilla de Kenia

AutorEloísa Farrera

Enviada

LODWAR, Kenia.- La mayor aspiración de Jacob Ekeno es regresar a la escuela primaria para terminar sus estudios y tener un trabajo con el que pueda ayudar a la gente. Pero su sueño se ve difícil de cumplir.

Con apenas 23 años, este joven, quien vive en Kenya Oil, a casi 700 kilómetros de Nairobi, tiene cataratas en los ojos y su única comida al día es una pequeña porción de "engoi", una semilla que se da en los árboles de esta zona desértica del norte de Kenia donde la sequía afecta a miles de personas, principalmente a las poblaciones seminómadas y pastoriles de la región: los turkana.

En Kenya Oil, así como en Lokorio y Loíurerei, localidades ubicadas a entre 30 y 50 kilómetros de Lodwar, la capital del distrito de Turkana, llovió hace tres semanas. Un milagro para esta zona donde las temperaturas llegan a ser de hasta 50 grados centígrados y donde la última precipitación antes de esa había ocurrido hace tres años.

La falta de agua en esta zona se nota en el suelo erosionado, en los cauces de río vacíos, en el pobre e incipiente ganado que existe y en la fragilidad de algunos de los turkana, sobre todo en los más ancianos.

Esta situación ha afectado la economía de las tribus, las cuales dependen de sus rebaños para subsistir, lo que incluso ha provocado que numerosas familias se desintegren.

"Todos mis animales se murieron. Perdí todo. Luego me enfermé y mis nueve hijos se fueron, también por la falta de comida", contó Lea, habitante de Lokorio, a REFORMA.

Desnutrición, deshidratación, anemia, tuberculosis, malaria, infecciones gastrointestinales y hongos en la piel son sólo algunas de las enfermedades y padecimientos que proliferan entre los turkana.

El "engoi", o "mkoma" (en swahili), es lo que los ha mantenido a flote. Esta semilla, rica en glucosa, es machacada o mezclada con un poco de agua para ser consumida a lo largo del día en pequeñas porciones.

Y la poca agua -no potable- a la que tienen acceso es a la extraída de pequeños pozos instalados en las cercanías o la que pueden recolectar escarbando los cauces por donde pasaban los ríos.

Para algunos, como Jacob, la otra gran fuente de abastecimiento ha sido el lago Turkana, pero sólo los más fuertes y cercanos a él pueden desplazarse hasta allá.

En esta región, la ausencia del Gobierno es notable y la asistencia médica es insuficiente: los hospitales de Lodwar cierran a las 17:00 horas. En este contexto, la tabla de salvación de los turkana ha sido, hasta ahora, las...

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