Ideas con ritmo
Autor | Homero Fernández y Jesús Pacheco |
La profundidad de la alegría
Homero Fernández
Dicen que la murga es
un bombo y un redoblante,
la murga: viento de voces
que te impulsa hacia adelante.
Un verso que surge claro,
y que queda entre la gente,
es mucho más importante
que un cantar grandilocuente
Hace 30 años, en Montevideo, en plena dictadura militar, unos amigos se reunieron para discutir la posibilidad de formar una murga. Lo hicieron mirando con desconfianza a sus espaldas. En aquellos tiempos, más de cuatro personas simplemente conversando podían ser señaladas, sin mayor pudor, de estar conspirando contra el régimen. Esta vez los represores podrían haber alegado "cierta razón" en su acusación, porque allí se estaba gestando la invención de una de las armas más poderosas contra la dictadura. Estaba fabricada con ingenio, con música, con materia prima del pueblo; y dispararía voces con ideas, sonrisas y crítica. La apellidaron murga, y la nombraron "Falta y Resto". Uno de sus creadores "subversivos" fue Raúl Castro. Un niño que quiso ser murguista. Un periodista nonato que se transformó en poeta y mojó su pluma en el tintero de la vida, en el de su barrio, en el de su pueblo, para darle la potencia de la pólvora a sus versos.
"Nosotros como murga nacimos en medio de la dictadura. Entendimos que la murga era un vehículo para contribuir a pelear contra la dictadura militar. Y cuando nacimos levantamos esa bandera, muy sutilmente, pues había mucha censura en aquella época. Nos enfrentamos a muchos dolores por ese tema, pero también a muchas alegrías al comprobar que estábamos reflejando realmente el sentir y el espíritu popular, lo que la gente quería decir, pero no podía, porque no había sindicatos, no había partidos políticos, no había nada...
"Pero había murga y la gente nos acompañaba escenario a escenario, y hervía con cada cosa que decíamos. Por ejemplo, cuando decíamos la palabra 'paloma', imaginaba la palabra libertad...
Reciba usted este cálido abrazo
el homenaje a su mano paloma
a su mano dispuesta
a volar en aplauso
Reciba usted este cálido viento
mano paloma de hombre paloma,
de niño paloma,
de madre paloma,
de abuelo paloma,
de manos de hermanos
"Y, cuando nos reíamos de lo verde,
nos reíamos de los militares,
por su uniforme".
Me prohibieron el limón,
me ataca la dentadura.
Me prohibieron la naranja,
pues me da descompostura.
La cebolla la repito,
y hasta el tomate me enferma.
¡Puedo comer espinaca!...
¡pero el verde me da alergia!
"Se generó a partir de esa resistencia de las murgas, no sólo de Falta y Resto, un movimiento en el Carnaval, que contribuyó desde lo cultural al objetivo que nos habíamos propuesto: el final de la dictadura. Y, cuando el régimen cayó, nos dimos cuenta que nos habíamos quedado en nuestras manos con un instrumento que no era sólo en contra de la dictadura, sino que era en favor de la gente, de la alegría motivadora, de la que siembra una duda, y de la esperanza bien entendida.
"Lo más horrible es escribir censurado, pero es mucho más fácil. En dictadura vos decías 'paloma' y le daban 10 sentidos: 'alas', 'libertades', 'volemos', 'liberen a los presos'... Es más fácil esconderse entre los velos de que 'no digo más porque me censuraron'.
"La censura no se da cuenta que es el escorpión que se mata con su propia cola. Te hacen un favor los censores, censurándote, pero es muy triste. Cuando uno tiene la libertad es mucho más difícil escribir, pero es mucho más lindo".
***
En Uruguay, las murgas tienen una historia de más de un siglo. Aunque es un fenómeno más presente en Montevideo que en el resto del país, comparten con el futbol y el asado la preferencia de la mayoría de la población. Importada de Cádiz, España, la variante uruguaya le ha agregado al toque de comedia el contenido ideológico político-social, que el público espera conocer, ansioso, cada año, para ver cómo interpretan todos los asuntos que llamaron su atención. Y ahí, no se escapan los políticos, ni los artistas, ni los futbolistas, ni tampoco el Dios Momo, el rey del carnaval. Encarnan la emoción del pueblo que ríe y llora con ellas. Montada sobre el escenario esta comparsa de voces extremadamente afinadas, ataviadas con muchos colores y caras pintadas, desarrolla con su canto un acto de magia que hipnotiza hasta al más desprevenido.
"La murga es un género de comedia musical, con gran componente satírico e irónico sobre la realidad, pero también de posición política. Es una expresión que se ha ganado el derecho de representar en el imaginario popular a la voz del pueblo.
"Puede surgir en cualquier barrio y estar compuesta por gente muy humilde, muchas veces. Con mucha austeridad de recursos, pero basada en las buenas ideas que no necesitan de grandes vestuarios, de grandes escenografías e iluminación.
"La conforma un coro de 15 integrantes que es el principal actor del espectáculo. Es como un pedazo del barrio, del pueblo, que da su opinión, su manera de ver la realidad con un punto de vista...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba