Impulsan reciclaje en zonas del INAH

AutorYanireth Israde

Las zonas arqueológicas más taquilleras de México, entre ellas Chichén Itzá y Teotihuacán, son también las que más agua consumen: de 35 a 50 litros por persona, principalmente en sanitarios.

Si se multiplica esa cantidad por los 7 millones de visitantes que acuden cada año a los 10 centros prehispánicos más populares, la cifra se eleva exponencialmente, además de generar un impacto ambiental que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se ha propuesto frenar con plantas de tratamiento de aguas residuales, las cuales permiten reutilizar el líquido.

De este modo, el organismo puede convocar al turismo para mostrar su patrimonio arqueológico sin que el legado natural quede en desventaja, plantea Jesús Enrique Velázquez, coordinador nacional de Obras y Proyectos del Instituto.

"La cuestión era cómo hacemos para que a la vez que estamos mostrando nuestro patrimonio cultural, el impacto generado por la apertura de las zonas al turismo fuera menos significativo. Considerando que el INAH tenía una deuda con la sustentabilidad, con la ecología y el medio ambiente, consideramos importante trabajar de manera sistemática en el tema ambiental".

Las plantas de tratamiento son el primer paso de un proyecto que busca trasformar los sitios prehispánicos en lugares autosustentables, donde se genere energía solar y eólica, donde se pueda captar agua de lluvia para luego, con los filtros adecuados, utilizarla en consumo humano, además de dotarlos de sistemas para el reciclamiento de pet, vidrio y otros componentes, sin olvidar las áreas de composta para aprovechar los materiales orgánicos.

"Todo esto nosotros lo estamos probando, lo estamos trabajando a nivel de diseño y modelo. Las plantas son el primer paso", indicó Velázquez.

Con tecnología mexicana, desarrollada por la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas (ESIQIE) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), las plantas de tratamiento permiten cumplir los requerimientos de la Norma 003 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), que establece los límites máximos de contaminantes en el agua de uso para servicio público.

Con el procedimiento realizado por el Poli en las zonas arqueológicas, las aguas tratadas pueden reutilizarse para los sanitarios y para el riego, pero no para el contacto humano, explica el investigador Enrique Rico, quien coordina la instalación de las plantas.

Velázquez destaca la importancia del riego, pues con agua...

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