La indiferencia, el mal del siglo

AutorCarlos Rubio Rosell

MADRID.- Hoy, la gente capaz de crear comunidad y redes activas estorba; se buscan proyectos individuales, no colectivos, asegura Josep Ramoneda (Lérida, 1949) en su más reciente libro, Contra la indiferencia, editado por Galaxia Gutenberg.

"En este clima, la indiferencia crece: la política se ve como algo cada vez más ajeno, las nociones de interés general y de bien común se desdibujan".

Para evitar el totalitarismo de la indiferencia, el filósofo español propone retomar los valores del pensamiento crítico ilustrado.

En la vida urbana cotidiana crece la tendencia a aislarse y a recogerse en el espacio de cercanías de cada cual: las distintas formas de familia, las nuevas figuras de amistad. Lo cual genera una pérdida de calidad de lo social, de la propia condición de ciudadano, asegura en su nuevo libro.

"Sin sociabilidad no hay ciudadanía", sentencia en el texto Ramoneda, quien preside el Institut de recherche et d'innovation de París y dirige el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona.

En el trasfondo de la cultura de la indiferencia, señala, está por encima de todo la mercantilización absoluta de la sociedad.

"No hay interés general, sólo hay competitividad, productividad y consumo. Tres valores que se conjugan y se miden en tercera persona".

Para Ramoneda, tal es la negación de la sociedad, que se ha producido la gran fuga del individuo a través de Internet a la búsqueda de redes sociales mediante las cuales soñar en formas de comunidad, aunque las experiencias libidinales tomen formas electrónicas o de plástico.

De seguir así, sentencia en el libro, el destino parece inevitable: el totalitarismo de la indiferencia.

El totalitarismo es un espacio en que la ausencia de comunidad ha dado visibilidad absoluta a lo privado, explica.

Sólo convirtiendo la irritación en indignación y ésta en política, plantea en su libro el filósofo español, podría romperse la espiral de la indiferencia.

"Para mí, el problema es la cultura de la indiferencia que se ha impuesto. La indiferencia quiere decir, según mi planteamiento, el abandono de la polis, la apoliteia, el dejar la política de lado, el creer que se puede negar nuestra relación con la política", explica en entrevista con El Ángel.

Según Ramoneda, el hombre es un animal político y, por tanto, si está negando su relación con la política, se está negando a sí mismo.

Cuando habla de volver a la política, señala, se refiere a todo el conjunto social, ya que nadie puede desentenderse de la política.

Mucho más allá de la anécdota puntual en cualquier elección política...

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