Frontera Invisible / Humillante proteccionismo electoral

AutorSergio Muñoz Bata

Por más simpatía que uno quiera sentir por las tribulaciones e incertidumbres que la clase media estadounidense dice sufrir con la globalización, los tratados de libre comercio y la inmigración, lo inadmisible es el humillante trato al que demócratas y republicanos intentan someter a naciones soberanas como México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Panamá, Perú y Colombia.

El mes pasado, la gran decepción fue el fiasco con la reforma migratoria y el triunfo de la mano dura en un asunto que por su propia naturaleza sólo podrá resolverse cuando se enmarque dentro de una perspectiva multilateral que considere la procedencia global del exorbitante número de inmigrantes indocumentados que vive y trabaja en Estados Unidos.

El mes próximo, una delegación de congresistas de estadounidenses, encabezada por el representante demócrata neoyorkino Charles Rangel, viajará a Perú y Panamá a exigir a los congresos de ambos países que modifiquen sus leyes laborales a satisfacción de los votantes en Ohio, Iowa, o Michigan como condición a la aprobación de los Tratados De Libre Comercio con esos países.

"Puede ser que el comercio no sea la razón, o por lo menos la razón principal por la cuál los estadounidenses están perdiendo sus trabajos, pero ellos creen que sí lo es", ha dicho el representante demócrata por California, George Miller, quien preside el Comité laboral y de educación en la Cámara Baja.

Lo peor, sin embargo, le ha tocado a Colombia y a su presidente Álvaro Uribe, sin duda el aliado más fiel de Estados Unidos en la región. El trato y el plazo que el sector más proteccionista del congreso estadounidense ha impuesto a Colombia son intolerables.

El pretexto para no avanzar en la aprobación del Tratado de Libre Comercio es la exigencia de que en un lapso indeterminado el presidente Álvaro Uribe, resuelva las centenarias insuficiencias del sistema judicial colombiano y castigue a quienes asesinan a sindicalistas en Colombia. Y esto lo piden sin considerar que la credibilidad de Estados Unidos en materia de derechos humanos se ha desmoronado después de las revelaciones sobre el maltrato a personas bajo su custodia en Abu Ghraib y Guantánamo.

Afortunadamente para Uribe, no le exigen también que resuelva los asesinatos de todos los colombianos que a diario mueren por la violencia que provoca el consumo de drogas en Estados Unidos.

Lamentablemente para los países amigos de Estados Unidos en la región, la campaña para elección del 2008 ya empezó y si...

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