Recrean en Ixtapaluca paraíso para las aves

AutorIván Sosa

Con el objetivo de captar la imagen del quetzal, ejemplar en peligro de extinción, origen de la deidad prehispánica Quetzalcóatl y cuyas plumas formaron el Penacho de Moctezuma, ornitólogos especializados en la captura visual de aves suelen internarse en selvas de México y Centroamérica, pero regresan sin éxito.

Sin ir tan lejos, en los límites del Valle de México, en el municipio mexiquense de Ixtapaluca, fue creado un santuario con la misma vegetación de la selva de Los Chimalapas, que en forma de invernadero reproduce el escenario en donde un par de quetzales pueden ser admirados a centímetros de distancia.

El aviario El Nido es uno de los dos sitios en México (el otro es ZooMat en Tuxtla Gutiérrez), en donde es posible observar quetzales en cautiverio, reproducidos a partir de 2002 al cabo de 30 años de investigación por parte del ornitólogo recién fallecido y fundador del parque, Jesús Estudillo.

"Los emperadores aztecas tenían recolectores, no del ave, que era una representación divina, sino de las plumas, porque cada una representaba ganar una batalla, pero ahora el quetzal, que representa el vuelo de la libertad, está en peligro de desaparecer y El Nido es uno de los escasos sitios en el mundo en donde puede mirarse", comentó Yesenia Cornejo, especialista del aviario, abierto al público hace 4 años.

Con 10 mil árboles concentrados en 8 hectáreas, en visitas de educación ambiental los niños que acuden al parque pasan de un entorno urbano congestionado por los vehículos sobre la carretera federal a Puebla, al aviario más grandes de México, en donde se replican las condiciones climáticas, de vegetación y alimentarias necesarias para la subsistencia de 3 mil ejemplares de 320 especies de aves.

El aviario, a cargo de la Asociación Civil Vida Silvestre, se mantiene con lo que obtiene por los entradas y con donativos.

En la visita abierta al público, con un costo de 95 pesos por persona, los caminantes se internan por pasillos sumergidos en árboles y densa vegetación, en los cuales se cruzan con emúes, grandes aves no voladoras semejantes a las avestruces.

El hábitat de los quetzales, una selva tropical recreada con bromelias y orquídeas, es compartido por un ave del paraíso de doce plumas, rareza nativa de Nueva Guinea y de la cual sólo ha sido reportado otro ejemplar en el aviario más grande del mundo, Jurong Bird Park, en Singapur, con 600 especies.

También se aprecia un faisán Dios de mil ojos, originario de la isla asiática de Borneo...

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