Javier González Garza / Contrapesos

AutorJavier González Garza

Recientemente nos hemos enterado de escándalos de corrupción y excesos cometidos al amparo del poder público. Robos en Tabasco, Guanajuato y Chiapas, inmorales sobreendeudamientos en Coahuila, Nayarit y Jalisco, y desvíos de recursos públicos con fines electorales realizados por gobernadores y presidentes municipales en las entidades donde habrá elecciones. Frente a estos hechos surge la pregunta: ¿dónde están los contrapesos y órganos de control en nuestro país?

Se dice que el poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente; hace más de 250 años, Montesquieu postuló que la vía para controlar el poder es oponerle otro poder similar enfrente. De ahí la división de poderes, en que se funda la República. En teoría, pues, el Ejecutivo administra y hace sólo aquello que le permiten las leyes emitidas por el Legislativo, ante quien rinde cuentas, y la justa observancia de esas leyes la determina el Poder Judicial. Pero en nuestro país parecen no operar estos principios.

La transición a la democracia sigue siendo sólo una aspiración, es por ello que lograr la independencia del poder público respecto a los poderes fácticos y de los poderes Legislativo y Judicial respecto al presidente en turno es hoy una trinchera en la lucha contra el autoritarismo.

La preeminencia del Ejecutivo frente a los otros dos poderes es una lamentable realidad. El Legislativo federal se ha negado a dotarse de poderes para confrontar al Presidente. El equilibrio entre poderes es lejanísimo en las entidades federativas. En la mayoría de los casos, los ejecutivos estatales cooptan a los opositores en el Congreso, han subordinado a los órganos autónomos y sometido a los medios de comunicación, que a nivel federal han sido un factor fundamental para contrarrestar a los excesos del poder.

En términos administrativos, se generaron órganos de control interno en los gobiernos. Las contralorías tienen rango de secretarías en todos los estados y, a nivel federal, subsiste todavía hoy la Secretaría de la Función Pública con el propósito de ser órgano de control.

Si estas entidades fueron creadas para evitar, controlar y sancionar los excesos, la mala administración y la corrupción, entonces cómo es que ocurren los desfalcos, robos y la utilización de los aparatos de procuración de justicia con fines distintos a los supuestos en la Constitución.

¿Qué hacía la contraloría mientras Granier estaba en el gobierno? Cuando Moreira endeudaba a los coahuilenses, ¿dónde...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR