Javier González Garza / Salud y candidatos

AutorJavier González Garza

Las elecciones siempre son una oportunidad para cuestionar las políticas actuales y posibilitar el cambio en la dirección del país.

Ahora todos los candidatos presidenciales, algunos con más legitimidad que otros, plantean la necesidad de realizar cambios y reformas, pero muy poco nos explican sobre cómo se realizarían tales cambios.

Pensemos en Brasil, donde a través de un proceso electoral democrático y con el triunfo de la izquierda lograron generar condiciones para consolidar cambios sociales muy importantes. Ahí se logró un avance espectacular basado en el crecimiento económico, la disminución de la pobreza, una gran inversión en educación, ciencia y tecnología y con todo ello han logrado recuperar la cohesión social. ¿Podríamos lograr esto en México?

Algunos nos preguntamos, desde hace tiempo, ¿qué hacer para evitar el deterioro de grandes instituciones públicas?

Mi experiencia familiar en instituciones de seguridad social ha sido larga y gratificante. Además de la atención a mi abuela y mis padres, hubo dos intervenciones en el Hospital de Zona del Instituto Mexicano del Seguro Social en Monterrey que quisiera recordar.

El primer caso se trató de mi hermano mayor, en aquel entonces, hace 47 años, un joven trabajador de la Compañía de Luz. Sufrió un accidente de trabajo: arreglando un transformador, alguien conectó la energía eléctrica y cayó de 6 metros. Fue llevado al hospital del IMSS y se diagnosticó fractura de cuatro vértebras y una desviación de la columna. Una buena cosa era que no había perdido sensibilidad. Se propuso una operación para resolver la desviación. Mi padre no aceptó: había la posibilidad de quedar paralítico. Entonces los médicos propusieron otro método. Mi hermano estuvo hospitalizado y enyesado 6 meses, luego de lo cual pudo salir caminando. Hoy es un hombre productivo, sigue trabajando y goza de su afición por las motocicletas.

Otro de mis hermanos sufrió, muchos años después, una meningitis que le provocó una descompensación hipoglucémica. Fue llevado al mismo hospital, estuvo 17 días en coma en la sala de terapia intensiva. Como en el otro caso, gracias a la atención material y humana del personal médico, salió bien de aquella crisis.

En ambos casos recuerdo con agrado las atenciones y el ambiente que vivíamos en las salas de espera. Pero mucho más importante, recuerdo lo que el IMSS representaba para una familia numerosa y de escasos recursos económicos como la mía, la certeza de atención de calidad ante...

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