José Luis Lezama / 'Tormenta perfecta'

AutorJosé Luis Lezama

Dos tendencias, dos fábricas de mundos y de futuro parecen marchar armoniosamente, unidas en una aberrante hermandad. Por una parte, una patología social que acentúa la estratificación, que exacerba la desigualdad, que cancela el principio básico de sobrevivencia de los sistemas sociopolíticos modernos: la movilidad social. Una economía de élites, de triunfadores egoístas que, una vez alcanzada la cúspide, retiran la escalera para que nadie más ascienda: los ganadores toman todo. Por otra parte, el agotamiento-destrucción de los recursos naturales debido a la presión que se ejerce sobre la capacidad de carga del planeta, que se traduce en pérdida de la biodiversidad, cambio climático, la destrucción de las fuentes de vida.

El resultado de esta perfect storm es el colapso civilizatorio, como supuestamente ocurrió en Roma, China, Mesopotamia y en Mesoamérica. A esta conclusión llega un estudio patrocinado por el Goddard Space Center de la NASA, que asegura que cualquier civilización puede desaparecer por una explotación no sustentable de sus recursos, combinada con una incontenida explotación de quienes generan la riqueza social. El equipo de investigación, dirigido por el matemático Safa Motesharrei e integrado por científicos naturales y sociales, modela la interacción de los factores humanos y naturales que a lo largo de la historia han interactuado para desencadenar escenarios de catástrofe y colapsos civilizatorios.

El planteamiento de Motesharrei no es nuevo; lo es su combinatoria entre crisis social y ambiental. El libro Los límites del crecimiento, y muchos otros escritos alrededor de 1970, predicen la catástrofe por la tecnología, la sobrepoblación y la destrucción de la naturaleza. Hace unos años John Beddington, asesor científico del gobierno británico, predijo un final fatal para la economía mundial en 2030 debido a escasez de alimentos, agua y energía. Por la misma época, Adair Turner, presidente de la Autoridad para los Servicios Financieros del Reino Unido, culpó a la obsesión desregulatoria neoliberal de daños incalculables en los mercados de capital.

El ambientalista Jonathon Porritt asegura que este mismo proceso desregulatorio ha provocado un grave detrimento al ambiente natural. Además de lo que llama la Inmunda Trinidad compuesta por una errónea fijación de los precios del riesgo, la mala asignación del capital y de los incentivos...

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