Juan E. Pardinas / Kilos y tributos

AutorJuan E. Pardinas

Suponer que la epidemia de obesidad y diabetes se puede resolver con un impuesto a los refrescos es una ingenuidad. Un problema causado por múltiples factores requiere de una amplia gama de soluciones. El gobierno tiene a su disposición una caja de herramientas de política pública para desactivar esta bomba de tiempo sobre el bienestar colectivo y la salud de las finanzas nacionales. Sin embargo, dentro de esta caja de herramientas, los impuestos a los refrescos pueden jugar un papel muy importante.

En octubre de 2010, el McKinsey Quarterly público el estudio ¿Por qué los gobiernos deben encabezar la lucha contra la obesidad? En dicha investigación, la empresa de consultoría más grande del planeta plantea un abanico de estrategias complementarias para enfrentar esta crisis de salud pública. La publicación de McKinsey propone específicamente los impuestos a las bebidas azucaradas. Como complemento a esta estrategia se sugiere enfocar subsidios a promover hábitos más sanos de consumo alimenticio. Los 12 mil millones de pesos que espera recaudar la SHCP en 2014 por este impuesto se pueden enfocar a que las primarias y secundarias públicas del país tengan acceso a bebederos de agua potable.

La OECD en el documento Obesity Update 2012 también propone que los impuestos a los refrescos son una medida acertada para mejorar la salud pública y cambiar los hábitos alimenticios. Países como Hungría, Finlandia y Francia han impuesto tributos especiales sobre bebidas azucaradas. De acuerdo con estudios de la OECD, la población de bajos ingresos es la que resulta más beneficiada en su salud con este tipo de tributos.

En su anuario de 2013, la reconocida revista británica The Economist publicó la dieta del Economista, donde presenta su receta de políticas públicas para atender el desafío de la obesidad: "Los gobiernos no deberían forzar a las personas a comer brócoli, pero sí pueden otorgar subsidios para hacer el brócoli más barato... Los gobiernos también deberían considerar imponer un alto impuesto a los refrescos. Estas bebidas son el principal factor que produce obesidad y, a diferencia de las hamburguesas, no tienen valor...

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