En el limbo de la diplomacia

AutorLeonardo Tarifeño

El lunes pasado, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) difundió el nombramiento de la polémica ex subprocuradora María de la Luz Lima Malvido como agregada cultural en Londres. Al día siguiente, la propia SRE explicó que el anuncio había sido un "error" en su página web (www.sre.gob.mx), ya que el nuevo cargo de Lima Malvidoes el de agregada política de la Embajada Mexicana en el Reino Unido. De todas maneras, esa desprolijidad oficial no es la mayor ni la única: el contrato de la mayoría de los agregados culturales nombrados hace dos años venció en mayo y junio, y aún no está claro si el silencio alrededor de la continuidad o no de estos funcionarios supone otro "error" de la SRE o, más bien, un inocultable rezago de la cultura entre las prioridades del organismo.

Mientras tanto, los agregados culturales parecen haberse acostumbrado a convivir con la incertidumbre y las trabas burocráticas. Una de las consecuencias de ese desorden es que ya les resulta normal poner dinero de su bolsillo para terminar de pagar los eventos con los que difunden la imagen de México en el extranjero. Gerardo Ochoa Sandy, agregado cultural en Praga, lo explica a su manera.

"He contribuido a pagar, y a título personal, los costos de alguna exposición, por ejemplo, Los constructores de luz. Arquitectos mexicanos contemporáneos, curada por Miquel Adriá, que la semana pasada se inauguró en Praga y antes estuvo en París", apunta; "faltaba el dinero para el catálogo, que era mucho. El viernes anterior a la inauguración se amarró un súper precio. El día de la inauguración ya estaba el catálogo, pequeño, sencillo, bien hecho. Nadie me obligó a pagarlo. No es la regla, no debe serlo, pero cuando lo he hecho creo que ha valido la pena".

Tanto la indefinición con respecto a su futuro como el desorden presupuestario asoman como las dos caras del desinterés con el que la gestión de Luis Ernesto Derbez parece pagar no sólo el proyecto cultural organizado por el anterior canciller, Jorge G. Castañeda, sino también el desarrollo efectivo de una campaña de difusión cultural de México en el exterior. Y es que, si se tiene en cuenta que los ceses o renovaciones en los trabajos diplomáticos se avisan con dos meses de anticipación, el retraso en la decisión de la SRE conspira contra una de las principales tareas de estos funcionarios: la planeación a mediano y largo plazo de eventos en sus respectivas adscripciones, un compromiso bastante difícil de asumir cuando los agregados culturales trabajan con su contrato vencido y sin saber a ciencia cierta si se mantendrán en el cargo o no.

¿Cómo seguirá la política cultural en el extranjero? ¿Se mantendrá a estos agregados o se les cambiará? De momento, ni el canciller Luis Ernesto Derbez ni el nuevo director general de la Unidad de Asuntos Culturales de la SRE, Porfirio Thierry Muñoz Ledo, se pronuncian al respecto. Gerardo Estrada, el ex director general de la Unidad de Asuntos Culturales que nombró a estos agregados, tampoco quiso hacer declaraciones a El Angel.

"La situación es delicada, y no podría ser objetivo porque se trató de un proyecto muy importante para mí", se limitó a decir.

Mientras tanto, este silencio a varias bandas alimenta todo tipo de conjeturas y pone entre...

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