Llévelo, es un ebook
| Autor | Jorge Ricardo |
Tarjetas para rascar, realidad aumentada, millones de títulos en oferta, el mercado del libro digital hace guiños a un público que se resiste.
Jaume Sués Caula, director de Casa del Libro para Latinoamérica, se frota las manos.
A partir del 15 de enero en México los libros electrónicos se podrán comprar con pagos en las tiendas Oxxo y en bancos, con saldos de teléfono y hasta con tarjetas para rascar, además de la tarjeta de crédito.
Desconfiados a la hora de usar sus plásticos tres de cada cuatro mexicanos no comprarían en internet, por lo que hasta ahora quedan lejos de los 103 mil ebooks de 400 editoriales que ellos distribuyen. La estrategia de pago off line, dice Sués Caula, es especial para un país que por sus números representa la mitad de su mercado en América Latina: 8 millones de lectores intensivos, 26 millones de teléfonos inteligentes y 4 millones de tabletas.
El pago off line es una estrategia que comienza a probar en México el sitio argentino bajalibros.com, que ofrece 60 mil títulos, con 10 mil descargas mensuales.
El mercado latinoamericano del libro llegará a los 70 millones de dólares en América Latina en 2016, dice Sués Caula. El mercado del libro digital, al menos en su oferta de libros y de ventas de lectores, es acelerado. Según la directora de Contenido Kindle, el lector electrónico de Amazon en España, Koro Castellanos, en 2011, cuando el Kindle fue lanzado en allá, disponían de 22 mil títulos español, dos años tiene más de 75 mil dentro de una oferta global de más de 2 millones.
Otra cosa, sin embargo son las ventas que no han crecido al mismo ritmo. Mientras que en Estados Unidos el libro digital representa ya entre 25 y 30 de su negocio, en España, según cifras de Castellanos, es de apenas dos por ciento. En México, de acuerdo con datos de la Caniem de 2011, apenas llega a uno por ciento de las ventas.
Por ahora lo que existe es la oferta. En México, las librerías Gandhi ha lanzado su propio lector, Enos, a un precio que ronda los dos mil pesos. Su costo incluye la descarga gratuita de 500 libros.
Se trata de una campaña de mercadotecnia que preocupa al editor Juan Casamayor, director de Páginas de Espuma: "Si se regalan 500 libros, le estamos diciendo al lector que un libro no vale nada, ¿cómo va a aceptar pagar después 20 dólares por un título?", pregunta alarmado.
Una preocupación parecida tiene la editora de Siruela Ofelia Grande: "Hay una idea falsa de que un libro digital es casi gratis, porque se cree que...
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