Luis F. Aguilar / Lo viejo y lo nuevo

AutorLuis F. Aguilar

La avalancha de comentarios después de la aprehensión de la líder del sindicato magisterial, más allá de los adjetivos cargados o de los análisis finos, nos ha planteado una pregunta desafiante sobre el significado del hecho. ¿Estamos ante la reproducción de lo viejo del sistema político o estamos ante el inicio de un nuevo tiempo político? ¿Sigue la misma historia política de siempre, con visos de restauración autoritaria, o ha habido un punto de inflexión y comienza otra historia, la del gobierno y del país de leyes? ¿Lo que ha sucedido es algo que nos empuja a mirar hacia atrás, al viejo estilo de mando único que no tolera oposiciones, o hay que ver hacia adelante y vislumbrar que otra manera de entender y practicar el poder público parece tomar forma?

Para muchos lo visto la semana pasada ha sido la reproducción de algo viejo y sabido, el uso político de la justicia, el ritual políticamente legitimador de un terrible ajuste de cuentas con un adversario político obstinado, al que se mete a la cárcel con la acostumbrada exhibición pública de sus vicios y transgresiones al momento de iniciar el proceso judicial. Es esencialmente la historia de siempre, aunque ahora se haya procedido con cuidado legal para no dar pie a las críticas de una sociedad cada vez más políticamente escéptica. Para otros muchos, lo sucedido muestra que estamos ante algo inédito, un nuevo punto de partida, el inicio social del imperio de la ley y de la vigencia del Estado de Derecho, que es la razón de ser y el fin último del gobierno democrático. La pregunta sobre la política vieja o nueva no es trivial, pues así como dejó de importarnos el viejo autoritarismo compacto y al unísono, al que no debemos regresar de ningún modo, tampoco importa una democracia que no llega a ser el gobierno de las leyes, aunque sea la consagración de la pluralidad política y justamente porque lo es.

Sin el candor de pensar que la Presidencia sea el protagonista de la historia social con una sociedad que va detrás de él como carreta, considero que comienza a moverse algo nuevo en el país y que ese algo nuevo ha sido iniciado pero no podrá ser terminado solo por la Presidencia. Es importante la cruzada en contra de la pobreza, el hambre, la inequidad, la destrucción ambiental, pero la cruzada principal y decisiva, que debe asociar a políticos y ciudadanos, es la que se mueve contra la transgresión, el delito, y en favor del imperio de la ley, sin excepciones, perversiones, corrupción y...

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