Maco vs. Chachamaco: Abren espacios para el arte

AutorEloísa Mora Ojeda

Al referirnos a una feria de arte, fundamentalmente se trata de una cuestión de consumo. Arte y consumo son términos que por mucho tiempo se mantuvieron velados por su condición aparentemente antitética.

Sin embargo, el término de consumo dentro de una teoría de las prácticas culturales no es nada nuevo. El entramado real que conforma el campo artístico está muy alejado de una relación directa entre público y obra. Para que esta reunión se lleve a cabo, se requiere de un entramado que involucra al creador, la escuela de arte, el espacio alternativo, la galería, el crítico, el curador, el periodista cultural, la institución.

En términos muy generales se trata de una cuestión de poder, un poder que se puede caracterizar por el reconocimiento. El cual tiene la función, para cualquiera que desee ingresar al campo, de hacer posible la toma de posiciones dentro de este entramado. Suena crudo, pero así funciona.

Esto no quita que sea posible encontrar como un simple espectador una obra que nos mueva, que sea tan importante para nosotros que deseemos poseerla. Quizá esto es lo que hace que el campo del arte mantenga una posición de privilegio en relación a otros campos como el económico o el político.

Aunque existe la posibilidad del encuentro entre un espectador y la obra, creo que la mayoría está de acuerdo en que si se trata de obra denominada contemporánea o más de artistas emergentes, se abre una brecha considerable que sólo puede ser disminuida por el conocimiento previo de la historia del arte, por lo menos, la del siglo 20 o en algunos casos el que una obra, posiblemente una instalación, toque nuestras fibras más íntimas y entonces nos interese saber más. Definitivamente el arte de nuestros días requiere de conocimiento.

En teoría, el Estado tiene entre sus funciones la educación que de manera mínima debiera darnos las herramientas básicas para entender y vivir nuestro tiempo, sin embargo, dista mucho de lograr darnos a todos los mexicanos esta mínima posibilidad.

Si ahora nos limitamos al Informe de Resultados 2001-2004 emitidos por el Conaculta, encontramos que la meta planteada en el Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006 de ampliar el acceso a más mexicanos a los bienes y servicios culturales en términos de cifras duras se ha ido cumpliendo. Presentan una cifra global de 50 millones de visitantes a toda la oferta cultural de sus instituciones y señalan, además, que se ha logrado un aumento del 20 por ciento respecto al inicio de la...

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