Madres e hijos en prisión

Enfoque / Especial

Madres e hijos conviven día con día en un ambiente de desolación. Algunas veces presenciando riñas, otras como testigos de tráfico de drogas. Y, por si fuera poco, compartiendo carencias alimentarias, educativas y de salud.

En total hay 549 madres que viven con 573 niños recluidos en las diversas cárceles del país. Sólo en el Distrito Federal albergan 55 madres con 58 hijos, es la tercera entidad con más progenitoras en prisión en México.

En Guerrero están recluidos 77 hijos de 63 mujeres. Y en Veracruz viven 65 niños de 60 madres en sus cárceles.

José Antonio Bernal Guerrero, visitador de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, CNDH, advierte que la situación de las mujeres en prisión es inadecuada y sin un esquema de atención específico para ellas.

"Hay una gran carencia de atención, primero para las mujeres, y luego para las madres y los niños que permanecen con ellas en reclusión", apostilla.

De la población penitenciaria del país, compuesta por 198 mil 696 personas, se tiene un registro de que 9 mil 813 son mujeres.

Bernal Guerrero explica que debido a que las mujeres representan el 4.94 por ciento de los reclusos que hay en el país, no se les ha prestado atención para crear condiciones aptas de reclusión.

Elena Azaola, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), señala que la excusa siempre ha sido la misma, anteponer el bajo porcentaje femenil frente al universo total de reclusos, "para justificar que las necesidades específicas de las prisioneras pasen siempre a un segundo plano.

Condiciones generales

En el país existen 456 centros de reclusión, de ellos 237 son "mixtos" ya que incluyen anexos con población femenina. Cerca de 4 mil 500 mujeres, que representa el 45.4 por ciento de las mujeres recluidas en México, se encuentran en centros mixtos.

Sólo 13 prisiones del total de las cárceles en el país son exclusivas para las mujeres. Ahí están recluidas 5 mil 356 mujeres, el 54.6 por ciento del total de las que viven en las cárceles.

En el último reporte bianual (2002) que emite la CNDH sobre las condiciones de las mujeres internas del país y que llevaron a la tercera recomendación sobre mujeres internas en centros de reclusión, se registra que las celdas que habitan las mujeres suelen tener poca ventilación e iluminación natural, y carecen de agua.

Las que viven en centros mixtos se ven obligadas a compartir con los hombres no sólo los patios y cocinas, sino los sanitarios y las regaderas.

No cuentan con atención médica especializada, y para las futuras madres no suele haber médico ginecobstetra que las auxilie durante el embarazo y parto.

Los infantes, con excepciones, carecen de servicio médico especializado, guarderías, programas educativos, áreas de juegos, y una acorde alimentación.

Hay niños que ni siquiera están registrados civilmente, ni cuentan con la cartilla de vacunación.

Los menores que viven ahí padecen generalmente problemas de espacio y no tienen atención pediátrica.

En el rubro de educación, son pocos los reclusorios que cubren esta necesidad de los niños de contar con un Centro de Desarrollo Infantil (Cendi); que pueda fungir como una escuela donde los infantes comiencen su enseñanza escolar.

Tener o no tener

"Los reclusorios son lugares donde se viven circunstancias extremas, no son los ambientes más idóneos para la crianza, para la educación, para la salud de ningún niño", señala Elena Azaola.

Consejera de la CNDH, Azaola describe que en México no existen criterios uniformes para normar la vida dentro de los reclusorios, ya que cada estado tiene su propia legislación penal y sus propios reglamentos.

En consecuencia no hay normas fijas que regulen...

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