El malestar de la clausura

AutorDavid Lida
  1. Eliot Ness llega a México

    Si los bares, los restaurantes y los cafés forman un elemento clave en la vida cultural de una ciudad, el licenciado José Alfonso Suárez del Real y Aguilera cree que hay elementos aún más importantes que definen esta cultura. O por lo menos un elemento: la ley.

    Desde el 1 de septiembre de 2002, Suárez del Real y Aguilera ha ocupado el cargo de director general jurídico y del gobierno de la delegación Cuauhtémoc. Si se ha notado en los últimos meses una ola creciente de clausuras de bares, restaurantes y cafeterías en la delegación, principalmente en la subdelegación Condesa-Roma, pero también en el Centro y la colonia Juárez, tiene que ver mucho con el esfuerzo que Suárez del Real y Aguilera ha hecho para poner su dominio en orden (siguiendo la política de los que tuvieron su puesto anteriormente). Hasta mediados de diciembre, había casi 300 clausuras en la Cuauhtémoc durante el año 2002, un aumento de 15 por ciento de las 256 en 2001.

    'Me da mucha pena que muchos de los establecimientos clausurados sean víctimas de una red delictiva que vende documentos falsos a los empresarios. Gente que tiene la mejor intención de abrir una fuente de empleos, hacer una mejor oferta cultural y social, en esta área (ha comprado) documentos falsos, (por ejemplo) el uso del suelo que resulta ser de otro local que está en otra delegación, lo que obliga a la clausura', dice Suárez del Real y Aguilera.

    El es un hombre seguro de sí mismo, bien vestido y bien hablado, que puede recitar artículos de la ley mexicana como si fueran versos de Shakespeare. Su perspicacia y fervor de procurar que la gente siga la ley le hace parecer como una clase de Eliot Ness mexicano. Cuando habla resulta muy difícil no quedar impresionado por su obvia pasión por la justicia.

    Dice que su programa será un éxito cuando 'un mayor número de comerciantes entiendan lo que es cumplir con la legalidad y convivir con sus vecinos'.

  2. Fulanos Armados

    Lulú García Guerrero también impresiona por su perspicacia, además del encanto mestizo y la sonrisa acogedora de su cara. Estas cualidades le han ayudado a caerle muy bien a su clientela en las tres décadas que ha trabajado como mesera. Entre 1997 y el verano pasado atendió en un bar en la colonia Roma que se llamaba El Bull Pen, hasta que fue clausurado.

    'Aquella noche llegaron 20 fulanos armados y nos hablaron como si fuéramos delincuentes. Muy prepotentes nos-ofendieron, casi llegaron a los apañones', dice García Guerrero.

    Agrega que los 'fulanos' sacaron a todos los clientes a la calle, sin dejar que las meseras les cobraran sus cuentas. Tampoco la dejaron entrar a la bodega atrás del bar para sacar sus pertenencias —una bolsa con maquillaje, su agenda, algunos cambios de ropa— que siguen allí atrás de las rejas, más de medio año después.

    'Tuvimos seis años de convivir allí y nunca tuvimos ningún problema', agrega.

    García Guerrero quedó casi tres meses sin trabajo. Por fin lo encontró en otro sitio de la Roma, un bar sobre avenida Insurgentes que se llama La Victoria. Pero desde septiembre, cuando ella empezó allí, dice que el local ha sido clausurado tres veces.

    'Yo tengo seis hijos. Vivo con dos, que son madres solteras, y mis nietas. Yo sostengo la casa-pago la renta, el agua, la luz, todos los gastos. ¿Qué quieren las autoridades que hagamos para alimentar a nuestros hijos?

    'Sólo por aquí en la zona, clausuraron el Mamá Rumba, El Desván, El Jemma, La Embajada Jarocha, tres lugares más sobre Avenida Chapultepec... ¿por qué nos quieren quitar la chamba?', dice.

  3. Manzana Caliente

    Entre mediados de octubre y mediados de noviembre clausuraron cuatro...

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