Entrevista / Michel Onfray / Propone hedonismo filosófico

AutorAuxilio Alcantar

PARÍS.- "Se puede creer en Dios, pero eso es algo privado y no debe interferir en los problemas de la sociedad o en los problemas del Estado", asegura en entrevista el filósofo francés Michel Onfray (L'Orne, 1959), autor de 27 libros, entre los que destacan El vientre de los filósofos, El arte de gozar, La escultura de sí mismo y Política del rebelde.

"Asistimos al retorno de lo religioso, de lo sagrado, lo irracional, pero no se necesita de Dios o el clero para hacer política".

Hijo de obrero y empleada doméstica, Onfray se declara hedonista, nietzscheano y de izquierda.

A propósito de uno de sus más recientes libros, Tratado de ateología (2005), aún inédito en español, Onfray habla de los problemas de la religión judeocristiana y se aventura sobre las posibilidades de una sociedad sin Dios.

"Soy demócrata, republicano, hijo de la Revolución francesa y de la tradición del Siglo de las luces, así que no creo que necesitemos a Dios o al clero para hacer política", dice, "y no me refiero a una autocracia".

Para Onfray, el registro político debe disociarse radicalmente del teológico.

Mucho se ha dicho que asistimos una decadencia de religiones, ¿qué piensa usted?

No, al contrario, asistimos al retorno de lo religioso, de lo sagrado, lo irracional.

Esta época tiene cierta similitud con la que se vivió entre los siglos segundo y tercero de nuestra era. Era el fin de una civilización, la del Imperio romano, y el arribo de una nueva, el imperio cristiano. La situación de trance creó en ese momento un fenómeno de angustia y nosotros estamos pasando ahora por ello, angustia individual, angustia social, y vamos hacia un mundo que será dominado por Estados Unidos: civilización del dinero, del aprovechamiento del otro, de lo virtual, una civilización donde no hay memoria, donde sólo se vive en el instante. Y este periodo intermediario, en el que ahora nos encontramos, hace que la gente tenga necesidad de agarrarse de algo, y nada más fácil que adherirse a las religiones.

Habla de una moral poscristiana, ¿cuál es?

Es una moral hedonista. He consagrado cerca de una treintena de libros a este tema, a cómo hacer una política hedonista, una ética y bioética hedonista; una estética hedonista. El hedonismo significa que el bien soberano -personal y colectivo-, debe ser el placer, la felicidad. El placer de existir.

Jeremy Benthan, en el siglo 19, dice que el hedonismo en política es hacer que la felicidad llegue a un número cada vez mayor de individuos. Yo lo...

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