Una mirada a su mundo

AutorCecilia Núñez

La camioneta ha recorrido más de 130 kilómetros al noroeste de la ciudad de Durango. De pronto, la interminable carretera le da paso a una ciudad de largas calles de terracería.

Carretas llamadas "buggies", tiradas por caballos y conducidas por hombres de origen alemán que visten con overoles, y un par de mujeres altas, de cabello rubio y ropa floreada, van por las calles de Nuevo Ideal, donde por fin nos detenemos.

En los alrededores de este municipio se han establecido los pueblos menonitas de Campo Hermoso, Tierra Limpia, Jardín de Flores y Campo Verde, entre otros.

Además de haber sido llamados con nombres que remiten al Paraíso, estos pueblos buscan reservar un pedacito de tierra para los suyos.

Aunque durante años han tratado de resistirse al uso de la electricidad, en la actualidad muchos de los menonitas cuentan con televisores y equipos de sonido en sus casas.

A pesar de ciertos cambios en sus costumbres, han logrado mantener el sentido de humildad en sus hogares, su personalidad hermética y una rigurosa filosofía de trabajo que implica a toda la familia, y que sólo se descanse los domingos para ir a la iglesia.

Una sucesión de granjas que rodean casitas campestres de un solo piso, una que otra escuela desde donde los niños saludan, ostentosas fábricas de queso e iglesias protestantes forman parte del paisaje.

En cualquiera de los pueblos se puede comprar queso menonita directo de fábrica. Una de ellas es la Quesería Holanda, en el poblado de Jardín de Flores, ubicado a 10 kilómetros del centro de Nuevo Ideal.

Con todo y que se trata de una comunidad que conserva sus costumbres, muchos de los habitantes de las colonias...

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