Un mundo comprimido

AutorAlan Valdez

En 1989, cuando el programa PKZIP hizo su aparición, comprimir a los archivos podía ser crucial: La mayoría de los usuarios solo tenían acceso a discos flexibles con 1.4 megas de capacidad, así que cada kilobyte ahorrado era un kilobyte ganado.

Después, cuando la conexión a internet mediante módems de 14.4 kbps se hizo común en los hogares, apareció otra buena razón para comprimir los archivos: cuanto más grande era uno, más tardaba en bajar, y más probable era que alguna falla en la conexión te hiciera volver a comenzar desde el principio.

Por otra parte hoy, a 20 años del nacimiento de PKZIP, el espacio en disco duro es barato, las conexiones de red son veloces y para pasar archivos de una máquina a otra existen sticks USB de múltiples gigabytes además de quemadores económicos de CDs, DVDs y hasta Blu-rays. ¿La compresión es necesaria todavía?

Si y no: Comprimir los archivos en formatos zip, rar, tar o similares ya tiene sentido sólo para algunas situaciones muy específicas. Por otra parte, el avance de internet ha venido acompañado de múltiples formatos de archivos en los que la compresión es tan transparente que uno bien puede olvidar que está ahí: ya sean imágenes en JPG, canciones en MP3 o videos en MPEG, los formatos comprimidos permiten que el ancho de banda y el espacio en disco rindan mucho más de lo que solían rendir, aunque con frecuencia esa eficiencia tiene un precio.

Veamos los formatos comprimidos más populares del momento, junto con sus pros, sus contras y su impacto:

GRÁFICOS

· Si navegas en internet, inevitablemente te beneficias de las imágenes comprimidas, que no sólo facilitan el intercambio de fotos, sino que hacen que las páginas web sean mucho más ligeras.

· El primer formato comprimido ampliamente usado fue el GIF, que fue creado por Compuserve en 1987 y que estaba en el lugar apropiado cuando se dio la explosión de la web. GIF (o Graphics Interchange Format) elimina información de color de la imagen para disminuir su tamaño.

· Por ejemplo, digamos que tienes una imagen de 300 por 300 pixeles, que pueden ser de cualquier color. Si tu paleta contiene 16 millones de colores, necesitarías 3 bytes para describir cada pixel. Pero el ojo humano no puede distinguir entre tres millones de colores, así que digamos que los reduces a 65 mil; los pixeles de un color descartado se transforman al más cercano de los que quedan. La imagen apenas perderá calidad, pero su tamaño se reduce en 33 por ciento.

· GIF funciona mejor en...

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