El narco: la guerra fallida

El ex canciller Jorge G. Castañeda y el ex vocero presidencial Rubén Aguilar proponen revisar la estrategia de combate al narcotráfico. Colocan a debate la negativa a negociar con los criminales. Con anuencia de los autores, REFORMA publica extractos del libro "El Narco: La Guerra Fallida".

Una alternativa: atacar los daños colaterales

¿Cuáles son los daños colaterales en México? Pues los que todos conocemos: los que han sido descritos ampliamente por la nota roja y los periódicos nacionales, a saber, los decapitados, los secuestros, las balaceras, los atentados (aunque en realidad sólo ha habido dos: en Morelia y a las instalaciones de Pemex, ambos bajo circunstancias extrañas), la extorsión a empresarios (el llamado derecho de piso). Las guerrillas no existen, los paramilitares tampoco; la corrupción indudablemente ha existido desde tiempos inmemorables, pero a menos de que Calderón quiera dispararse otra vez en el pie, difícilmente podría demostrarse que supera la de las épocas del PRI.

Justamente sobre los medios de comunicación se impone un nuevo, breve, paréntesis. Varios sectores y personalidades en México, incluidos algunos que le hablan al oído a Calderón (otra cosa es que los escuche), han sugerido que debiera hacer lo mismo que Álvaro Uribe: convencer a los medios de que trasladen la información sobre violencia, narcotráfico, ejecuciones, etc., a las secciones de nota roja, sacándolas de los titulares de los noticieros. Hay quienes se encuentran convencidos de que gracias a esta operación Uribe logró bajarle los decibeles a los hechos mismos, o en todo caso, a su repercusión en Colombia. No sabemos si Calderón haya atendido esa sugerencia; si lo hizo, evidentemente fracasó. Pero nosotros no lo lamentamos. Se sabe dónde comienza esa manipulación, pero no dónde termina. Arranca con la prelación de las noticias, culmina con el control del contenido de una columna de opinión, de un reportaje especial, de una entrevista en radio, de un libro... como éste.

En cualquier caso, atacar los daños colaterales resulta distinto que atacar frontalmente al narco, o como dice Carlos Fuentes, "a todos los narcos, todo el tiempo". En México, efectivamente, durante muchísimos años, los sucesivos gobiernos combatieron los efectos colaterales de algunos cárteles, a ratos, y en las causas de todos, todo el tiempo. no es evidente qué sea mejor. El ejemplo de Colombia es incontrovertible en cuanto a los hechos, aunque por supuesto pueden prevalecer...

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