Narra su delirio por Clipperton

AutorSilvia Isabel Gámez

Al recordar los 10 días que pasó en la isla de Clipperton, Pablo Raphael menciona una sed constante y la idea de que caminaba sobre un gigantesco esqueleto de coral seco.

"Era un sonido fuerte, como de huesos que se quiebran, y a eso se agregaba el ruido ensordecedor de los pájaros bobo. Entiendes por qué Victoriano Álvarez enloqueció y se autoproclamó emperador de Clipperton", señala.

Viajar a la isla en 2012 como parte de la expedición internacional The Clipperton Project, cuenta, le permitió dar cauce a una novela que llevaba ocho años escribiendo. Se asumió como un "cronista de Indias" que narra la historia universal de Clipperton.

"La idea de la novela es que en el espacio físico de la isla convivan todos los tiempos superpuestos, como si en una pantalla proyectaras ocho películas distintas", plantea el autor de Agenda del suicidio.

Clipperton (Random House) fue concebida como un prisma que ilumina los distintos hechos ocurridos en este atolón de 5 kilómetros cuadrados, una novela que oscila entre la narración histórica, la crónica de viajes y la fábula, atravesada por un personaje perverso: el dios prisionero de la isla.

"Cuento el delirio dinástico que ha despertado Clipperton", señala. "La isla es una metáfora del poder, de cómo somos capaces de hacernos pedazos por la mitad de nada".

Los tesoros enterrados por el corsario John Clipperton, la explotación del guano por la Red Dragon Company, la llegada del Gobernador Ramón...

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