Nazca: Las Líneas secretas

AutorEsther González Jacques

NAZCA.- Caminos, senderos sagrados, plazas ceremoniales, pistas de aterrizaje para el uso de seres extraterrestres, calendario astronómico, acueductos... Hay muchas teorías sobre el significado de las Líneas de Nazca, pero hasta la fecha, la respuesta al gran misterio no ha sido encontrada.

Las líneas y geoglifos de esta región de Perú, en el Departamento de Ica, se han convertido en uno de los destinos favoritos para los amantes de los enigmas de la humanidad. Muchos investigadores se han obsesionado con las interrogantes que generan, y han dedicado parte de sus vidas a estudiar su origen, que algunos atribuyen a la cultura Nazca y fechan a partir del 300 a. C.; algunas incluso más antiguas.

De ser cierta esta teoría, surgen otras preguntas. Si la lógica dicta que sus autores no contaban con la tecnología para volar, surge entonces la duda sobre la forma en que fueron construidas y cómo se revisaba el progreso de cada compleja figura geométrica, meandro, representación animal, vegetal y humana, así como laberintos y otros dibujos.

Y es que una de las características más significativas de estas líneas es que no pueden ser apreciadas completamente en una posición a ras del suelo; para hacerlo se tiene que sobrevolar la zona o instalarse en un mirador cercano que las muestra pero parcialmente.

Hoy es posible admirarlas en toda su magnitud gracias a compañías aéreas que ofrecen vuelos por el desierto y que permiten que el viajero se convierta por unos momentos en parte de la incógnita... o imagine sus propias teorías.

Con destino al cielo

De la Estación Central de Autobuses de Lima (cualquier taxi maneja la ruta) parten los camiones con destino a Ica.

Son cuatro horas de camino hacia el sur, por la carretera Panamericana, pero el trayecto recompensa con los hermosos y cambiantes paisajes que ofrece. Se observa el mar, las áreas de viñedos (otro pretexto para visitar la región en marzo, pues es época de vendimia) y el desierto.

Ya en Ica, después de registrarse en el hotel, hay que dirigirse al aeródromo local, desde donde salen las avionetas que hacia el desierto.

Una odisea de altura

La aeronave, de apenas ocho plazas, despega de la pequeña pista del aeródromo y, durante 20 minutos, vuela sobre el desierto en dirección a la Cordillera de Los Andes.

De pronto, el piloto anuncia que por la ventana del lado derecho se observa el primer geoglifo con la figura de un mono. Obviamente, quienes van del lado derecho sonríen y le preguntan a los del...

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