'No me voy a quedar callado'

AutorÁngel Villarino

Corresponsal

BEIJING.- A pesar de las amenazas, de la suma millonaria que le reclama el Gobierno por presunta evasión de impuestos y de los 81 días que la Policía lo mantuvo incomunicado en paradero desconocido, el artista y disidente chino Ai Weiwei continúa desafiando abiertamente a las autoridades del país asiático.

"No tengo ninguna estrategia a largo plazo para enfrentarme a esto. Mi única estrategia es la libertad de expresión. Voy a seguir hablando, no me voy a callar", aseguró el artista en entrevista con REFORMA.

Ai Weiwei, quien guardó silencio durante algunos días tras ser liberado, ha vuelto a explotar su perfil público, incluso con más vehemencia que antes de su arresto. Ahora se expresa a diario en las redes sociales, en entrevistas con la prensa extranjera, e incluso en artículos en los que critica sin tapujos al Partido Comunista Chino.

"Creo que están muy frustrados con mi caso (en el partido). Mi popularidad y la manera en la que sigo hablando los deja perplejos. Ellos intentan sacarme de circulación y pretenden que se extienda por el mundo la idea de que soy un mentiroso y un farsante. Pero es ridículo porque resulta obvio que lo que hacen es un acto inmoral, que además muestra cómo funciona la justicia", afirmó.

En el último capítulo de su pelea con las autoridades, el artista depositó el martes 1.3 millones de dólares en una cuenta estatal, un adelanto de los 2.4 millones que le reclama el Gobierno por impuestos atrasados y multas, acusación cuyos detalles no se han hecho públicos y que los abogados de Ai Weiwei consideran un castigo por sus opiniones políticas.

El pago de esta "garantía" era la condición previa para poder apelar la sanción.

"Me siento bien porque finalmente hemos depositado el dinero y ahora tenemos la oportunidad de apelar y defender la compañía (el estudio Fake que fundó junto a su mujer). Ya no se trata sólo de mí, sino de la compañía entera. Espero tener la oportunidad de demostrar nuestra inocencia", explicó.

El artista ha reunido el dinero gracias a donaciones realizadas por simpatizantes, tanto dentro como fuera de China. Una parte simbólica fue recogida en el patio de su estudio, a las afueras de Beijing, donde algunas personas lanzaron a escondidas billetes por encima del muro.

"La Policía me sigue visitando regularmente y me llama cada día. Básicamente me piden que deje de hablar con la prensa extranjera. Hoy, por ejemplo, me pidieron que no contase nada a quien no sea de mi entorno"...

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