Nuevos hábitos ante la devaluación

BUENOS AIRES (AFP).- La ley de Emergencia, que comenzó a debatir ayer el Congreso argentino para devaluar y salir ordenadamente de la convertibilidad (un peso igual a un dólar) que rige desde 1991, le cambiará la vida a los argentinos.

En una economía fuertemente dolarizada, los argentinos se habían acostumbrado a calcular deudas en ese signo monetario y a disponer del billete verde hasta para gastos comunes sin necesidad de hacer cuentas. A valores iguales, daba lo mismo pagar con dólares o pesos, pero ahora el billete verde pasará a ser el bien más preciado para quienes aún tienen capacidad de ahorro en medio de una agobiante recesión de 43 meses.

La devaluación le pondrá freno además a los viajes al exterior que la clase media argentina aprovechó hasta el inicio de la recesión en 1998, saliendo en tropel a diversos puntos turísticos, y limitará la compra de bienes durables importados, que habían inundado el mercado durante la década de Gobierno de Carlos Menem (1989-99).

Aunque traumática, la depreciación parece ser el camino más directo para llevar a la práctica la meta del Presidente Eduardo Duhalde de priorizar a la industria nacional, que camina con muletas por la invasión de productos importados a raíz del valor del dólar y la amplia apertura que propició el Gobierno de Menem. El temor por una inflación desenfrenada que persiguió a los argentinos hasta la consolidación de la convertibilidad, a mitad de la década pasada, se instaló nuevamente entre la población antes de la segura devaluación del peso.

Una encuesta telefónica, realizada por la consultora Ipsos-Mora y Asociados en la última semana del año a 200 habitantes de la capital argentina y su periferia, indicó que el 65 por ciento de los encuestados teme que el abandono de la convertibilidad pueda generar inflación.

Argentina vivió un traumático proceso de hiperinflación que llegó al 3.079 por ciento en 1990, bajó en forma abrupta dos años después a 5.8 por ciento y se estabilizó en menos de un 1 por ciento en los años siguientes, hasta llegar a una deflación de 1.5 por ciento en 2001.

La caída de los precios en 2001 estuvo influida por una brutal...

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