Ocaso a la jamaiquina

AutorRicardo Garza

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NEGRIL, Jamaica.- El paisaje de la punta oeste de Jamaica es el único en la isla donde contrastan imponentes acantilados con extensas playas de arena blanca, y, según sus habitantes, es también en este sitio donde se respira el ambiente más relajado del Caribe.

En los años 60 arribaron los primeros viajeros a este paradisiaco destino. Eran hippies que abordaban lanchas para llegar, pues no había carreteras que conectaran a Negril con otras localidades. Ellos pasaban meses acampando en las playas, conviviendo con habitantes y con rastafaris y generando una esencia de paz, hedonismo y festividad que aún persiste.

Hoy en día, la Playa de las 7 Millas, como es conocida la larga costa que con un mar turquesa baña Negril, ofrece hospedaje y entretenimiento para toda clase de viajeros: desde niños hasta ancianos, desde swingers hasta recién casados, desde sibaritas hasta mochileros.

La opción para lunamieleros es el Sandals Negril, donde, además, se celebra casi diariamente una boda a la orilla de la playa. Las parejas más atrevidas se hospedan en el Hedonism II, un popular hotel nudista; y las familias se entretienen en el Beaches Negril, que tiene un parque acuático, una sala de videojuegos y una más para aprender a ser DJ, entre otras amenidades pensadas para niños y adolescentes.

Estos lugares cuentan con un servicio que lo incluye todo, hasta la propina, y tienen diversos restaurantes y bares que operan las 24 horas del día.

Pero, al caminar lejos de los lujosos hoteles por la inacabable playa, surge otro Negril, el de los pescadores que se refugian bajo la sombra de unas palmeras, el de las cabañas que esperan ser pobladas por springbreakers, el de músicos que interpretan con una guitarra desafinada los éxitos de Bob Marley y el de los artesanos que, dispuestos a regatear, se acercan para vender desde máscaras de madera hasta playeras con la bandera jamaiquina, aunque la mayor concentración de souvenirs está más adelante, en un mercado multicolor donde cada comerciante fabrica y vende sus piezas en chozas de madera.

Por las calles y playas también se encuentran personas que, discretamente, ofrecen ganja, nombre de la mariguana en patwa, lengua que proviene de una mezcla entre inglés, afrikaans y un dialecto de los nativos de la isla. Palabras como wawan ("hola"), yeye ("ojo"), bokkle ("botella") y wata ("agua") se incluyen en las conversaciones diarias.

Sobre la carretera que bordea la costa de Negril y sube a los acantilados, se...

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