Olvídese del tamaño, use bien lo que tiene

AutorNatalia Vitela

Si los hombres recordaran el dicho que de niños escucharon en voz de sus padres: "Lo importante es el juego, no el juguete", tal vez no les preocuparía el tamaño de su pene.

Incluso, muchos no arriesgarían su salud y la función del órgano con "métodos" para agrandarlo, recurriendo a prácticas ineficaces y sí muy peligrosas, que pueden provocar infertilidad, disfunción eréctil, insensibilidad e inestabilidad del pene.

Eso sin contar que estéticamente también se puede ver afectado al provocar alteraciones en su apariencia.

La oferta de tratamientos para alargar y ensanchar el miembro es muy variada, pero, según urólogos y sexólogos, las más comunes son la cirugía, las inyecciones, el consumo de hormonas y el empleo de herramientas para estirarlo.

"La cirugía está proscrita, y no hay autoridades de salud en ningún país que la autoricen. La realizan charlatanes", alerta el urólogo y andrólogo Fernando Ugarte y Romano, presidente del Capítulo de Andrología, Sexualidad Humana y Disfunción Eréctil de la Sociedad Mexicana de Urología.

La sexóloga y terapeuta sexual Ana Ocaña asegura que durante la adolescencia, al 100 por ciento de los varones les preocupa la dimensión de su pene, mientras que en la etapa adulta sólo a una tercera parte.

"La mayoría desarrolla un estado de satisfacción con sus propias medidas una vez que culmina su crecimiento", precisa Eusebio Rubio, presidente de la Asociación Mexicana para la Salud Sexual.

La preocupación es latente sin importar la clase social, la condición socioeconómica o la orientación sexual, puntualiza el sexólogo David Barrios, director de Caleidoscopia. Espacio de Cultura, Terapia y Salud Sexual.

¿Por qué les preocupa el tamaño?

Porque creen que mientras más grande lo tengan, mayor es su hombría, y esta creencia ha sido propiciada por el machismo y la falocracia que enfatiza la superioridad de los varones por el falo y su potencialidad reproductiva, y los ha acompañado desde hace miles de años, explica Barrios.

Según Rubio, la asociación simplista de que a mayor tamaño más hombría provoca que la competencia por la supremacía y el acceso a las mujeres en la que viven los varones se sienta ganada o perdida en función de las dimensiones del falo.

"Creen que son más hombres en la medida en que son más grandes y llenan más el espacio de ellas, sin embargo, la respuesta sexual femenina no gira en relación a la ocupación de la vagina.

"El que la vagina esté ocupada no significa ni orgasmos más grandes ni más...

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