El Informe Oppenheimer / Integración económica, y futbolística

AutorAndrés Oppenheimer

Debo confesar que, hasta que un alto funcionario argentino me contó esto en un viaje a Buenos Aires la semana pasada, era bastante escéptico sobre las entusiastas promesas que hicieron los Presidentes de Argentina y Brasil de reflotar el Mercosur, la unión aduanera integrada por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

En su encuentro en Brasilia el 11 de junio, el Presidente argentino Néstor Kirchner y su colega brasileño Luiz Inacio Lula da Silva firmaron un documento de 31 puntos que incluye acuerdos de negociar conjuntamente el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) con Washington, crear un Parlamento del Mercosur, impulsar un instituto monetario que estudie la creación de una moneda común, y extender la enseñanza del portugués y el español en ambos lados de la frontera.

En conversaciones privadas paralelas, el Canciller argentino Rafael Bielsa y su colega brasileño Celso Amorin acordaron organizar un partido de fútbol entre un seleccionado de Mercosur y uno de la Unión Europea (UE), que se realizaría este año, según me señalaron altos funcionarios al tanto de las negociaciones.

Las dos partes están ahora en la difícil tarea de encontrar una fecha en que Ronaldo y otras de las mayores estrellas del futbol mundial estarían disponibles para disputar el partido. (Al Canciller argentino le será más fácil reclutar a los jugadores argentinos: su hermano, Marcelo Bielsa, es el director técnico de la selección argentina).

"Todo esto tendría un gran valor simbólico", me dijo un alto funcionario argentino. "Tendríamos que crear una camiseta para el equipo del Mercosur. A diferencia de la UE, el Mercosur todavía no tiene una bandera con colores propios".

¿Pero logrará un equipo del Mercosur, o una bandera del Mercosur, ser más que un símbolo?

Lula y Kirchner parecen estar convencidos de ello. Lula quiere convertir a Brasil -hasta hace poco un país aislado de sus vecinos hispano-parlantes- en una potencia regional. Y Kirchner ha declarado repetidamente que quiere abandonar el "alineamiento automático" de su país con Estados Unidos, y convertir a Brasil en su aliado número uno.

"Nosotros queremos negociarlo bien", me dijo Bielsa en una entrevista, refiriéndose al ALCA.

"Y evidentemente si lo negociamos conjuntamente con Brasil, vamos a negociarlo mejor que si va cada uno por su lado".

Sin embargo, en un reciente viaje a Washington, no encontré a muchos funcionarios estadounidenses ni expertos en América Latina que se mostraran optimistas sobre...

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