Optimismo: Sirve para algunos

AutorGeorgina Montalvo

Bailar, abrazar, cantar, repetir convencido "yo puedo", "estoy contento", "soy capaz" ha bastado para que la vida de miles de personas cambie; sin embargo, existen condiciones mentales y psicológicas que, por más voluntad que se aplique para ser optimista, no basta para sentirse mejor.

Casos de depresión profunda, trastornos de personalidad o de adicciones no pueden resolverse sólo con optimismo, y quienes lo intentan corren el riesgo de perder tiempo valioso para su recuperación, considera Víctor Baltazar, terapeuta de familia del Instituto Personas, quien, a petición de REFORMA, asistió a una sesión de uno de los clubes de optimismo, fundados en 1990.

"Hay personas que tienen lesiones neurológicas a nivel de lóbulos frontales y, si le digo que le eche ganas, que ejercite su voluntad, fisiológicamente no están capacitadas para poder autodeterminarse; ellos requieren una evaluación neurológica y quizá un tratamiento psiquiátrico combinado con un tipo de atención psicológica.

"(Los optimistas) no son la solución para todas las personas, pero el modelo, según pude ver, incluye diferentes perspectivas, como el coaching, la programación neurolingüística, aspectos de motivación y liderazgo, que sí resultan instrumentos útiles de autoanálisis", agrega.

"Tenemos un método extraordinario, que yo creo que no existe en el mundo. La gente que llega a los clubes sale con alas para volar, es fantástico", asegura María Esther Aguirre, creadora de los grupos y autora de más de 35 canciones que se emplean en las sesiones de los más de 30 clubes distribuidos en el País.

Si bien no existe sólo un método que promueve el ser positivo para estar saludable mental y físicamente, Martin Seligman, investigador del Departamento de Psicología de la Universidad de Pennsylvania, es el pionero en el desarrollo de la corriente denominada psicología positiva y cada vez más psicólogos, principalmente de Estados Unidos y Europa se están interesando en el tema.

Con esa corriente, desde el punto de vista de Baltazar, podría coincidir lo que promueven los optimistas.

"Martin Seligman dice que el optimismo se puede aprender y que las personas que tienen sentido de pertenencia a una familia o a un grupo le dan un sentido positivo a su perspectiva de la vida y que tienen relaciones afectivas cercanas; son personas que viven mucho más felices", explica.

"El interés moderno por el optimismo nace de la constatación del papel jugado por el pesimismo en la depresión. Desde entonces...

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