El Paladar Viajero / Chihuahua, un paraíso cercano II

AutorLuis Marcet

Otra vez a bordo del gran todo terreno, rumbo a Cuzárare. Entrábamos a tierras tarahumaras.

Los tarahumaras aparecen, por ensalmo, en cada parada que hacemos improvisada, y no digamos los lugares en que con certeza llegan los visitantes. Se consideran una de las razas más puras que existen. Y su resistencia a los grandes recorridos a pie, hasta cansar al venado, es proverbial.

La Barranca del Cobre está situada al noroeste de la Sierra Madre Occidental. Por sus características geológicas, climáticas y biológicas, es una de las maravillas de México a visitar.

Como decía la ex Secretaria de Turismo, Silvia Hernández, acerca de que cubren una extensión cuatro veces más al Gran Cañón del Colorado: "dicen por ahí que las Barrancas del Cobre son lo que el Gran Cañón del Colorado quiere ser cuando sea grande".

Pasamos frente a un pequeño lago, cuyo fondo rocoso estaba parcialmente nevado: espectáculo inédito que jamás olvidaremos.

Llegamos finalmente a Cuzárare, al hotel ecológico Copper Canyon Lodges (Tel. 776-3942, de Chihuahua), en donde nos estaba esperando su gerente José Luis. Ahí no hay electricidad, por ende tampoco teléfono. El refri va con gas, nos alumbramos con quinqués con petróleo y estufas con leña.

Deambulamos por los alrededores hasta que nuestro olfato se percató de que "algo se estaba cociendo".

En su Nueva Guía de Descarriados el historiador y gourmet José Fuentes Mares cita a don José Vasconcelos en referencia a que Chihuahua está al norte del Trópico de Cáncer, también conocido como "El Paralelo de la Barbarie o de la Carne Asada". Según él, "cruzando esta línea imaginaria, sólo se comía carne asada".

Pero el olorcillo que notábamos era tentador. Nos acercamos a una lumbre fuera del hotel y ahí se estaba preparando una "discada", que es filete delgado, cortado en cuadritos, sal, pimienta, con un poco de salsa inglesa y una cucharada de salsa Maggi.

Se le añade un poco de tocino picado, cebolla y unos pimientos verdes picados, más una buena porción de chorizo desmenuzado y cerveza, que en aquella ocasión fue Bohemia, que le fue de fábula.

La acompañamos con la misma cerveza y varios tequilas. Absolutamente delicioso. Se llama discada, porque se prepara sobre un disco de metal, un componente de un implemento agrícola, al que se sueldan tres patas.

Manolo Delgado, con el espíritu deportivo que le caracteriza, instó a los somnolientos comensales a animarse a ir a la cascada de Cuzárare.

Los menos deportivos nos quedamos a jugar...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR