Un París en la memoria

AutorGuadalupe Loaeza

"No he tenido tiempo de ejercer la literatura. Pero he dedicado todas las horas posibles para amarla. Amo el lenguaje y venero a todos los que mediante la palabra han manifestado el espíritu, desde Isaías a Franz Kafka", declaró Juan José Arreola. Y, por ese amor, llegó a ser escritor y miembro de la generación que transformó la literatura mexicana. Rompió con las estructuras tradicionales, dando rienda suelta a su imaginación con gran sentido del humor, mediante una narrativa en donde abunda lo absurdo, lo fantástico y lo alegórico. Borges lo consideró: "Desdeñoso de las circunstancias históricas, geográficas y políticas, Arreola, en una época de recelosos y obstinados nacionalismos, fija su mirada en el universo y en sus posibilidades fantásticas. Que yo sepa, Arreola no trabaja en función de ninguna causa y no se ha afiliado a ninguno de los pequeños 'ismos' que parecen fascinar a las cátedras y a los historiadores de la literatura. Deja fluir su imaginación, para deleite suyo y para deleite de todos". El estilo y las formas de la ficción breve que cultivó Arreola, en obras como Confabulario, Bestiario, Palindroma, El guardagujas, representaron, durante algún tiempo, un problema para los especialistas de literatura, ya que el escritor no se afiliaba a ningún movimiento ni podían clasificarlo dentro de una vanguardia específica. Sin embargo, ahora es recordado, y reconocido, junto con Juan Rulfo, como uno de los grandes escritores jaliscienses y el mejor escritor de ficción breve de México.

Igualmente, se le recuerda como el escritor que cambió la palabra escrita por la palabra oral y se convirtió, como dijo su amigo Guillermo Schmidhuber de la Mora, en el juglar, el narrador épico que traía las noticias en las épocas en que no había medio de comunicación. No le bastó con las letras, necesitó la palabra bien dicha y mejor pronunciada.

Juan José Arreola nació el 21 de septiembre de 1918, en Zapotlán el Grande, Jalisco. "Un pueblo, ha dicho, que de tan grande nos lo hicieron Ciudad Guzmán, hace 100 años. Nací entre pollos, puercos, chivos, guajolotes, vacas, burros y caballos". Además de todos estos animalitos, creció entre 13 hermanos. Juan José era el cuarto hijo de Felipe Arreola Mendoza y de Victoria Zúñiga de Arreola, quienes consideraban que la mejor manera de disciplinar y educar a su prole era pegándole. "Coscorrones, cachetadas, nalgadas, cueraceras y, a veces, hasta patadas, ese era nuestro mundo", recuerda Arreola en Memoria y olvido. Vida de Juan José Arreola (1920-1947), contada a Fernando del Paso (CONACULTA). A pesar de que hoy se considera ese trato como algo cruel, abusivo e indebido, Arreola siempre bendijo a sus padres y agradeció esa forma de educación por haberlo hecho responsable, disciplinado y respetuoso de los...

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