Un paseo con los ausentes

AutorMaryell Ortiz de Zárate y Ricardo Diazmuñoz

Año con año viajamos a diversas regiones del país la víspera del 1 de noviembre para adentrarnos en las costumbres y rituales tanáticos de los mexicanos. Sumamos leyendas, recuerdos, sucesos, platillos y dulces regionales exclusivos de estos días, máscaras, cantos, rezos, poemas. El misterio desborda sugerencias y diálogos íntimos, secretos, con la Muerte, nuestra Muerte, en la sutil extrañeza de un Más Allá que se hace presente en cada calaverita de azúcar o chocolate, en cada pan de tibias esponjosas, en cada esqueleto de alambre, de cartón o pintarrajeado en camisetas.

En la mayoría de las comunidades las ofrendas tienen las mismas características, en otras, los elementos que las integran varían según las creencias. Los más usuales son las fotografías y los dibujos, a través de ellos las ánimas son llamadas; las cruces de cempasúchil, "flor de muerto", y las de sal protegen a los difuntos de todo peligro durante su visita; las calaveritas de azúcar, los panes y los cirios y veladoras.

Para unas comunidades, un montoncito de tierra en el altar o un pequeño túnel de barro es fundamental, es la vía que conecta con el Otro Mundo; para otras, este acceso está simbolizado por grandes arcos cargados de flores y frutos. Los huastecos consideran que la abundancia proviene del mundo inferior, donde los muertos producen lo que necesitan los vivos; en consecuencia, les ofrendan las primicias de la cosecha. Hay lugares donde la celebración a los fieles difuntos se prolonga hasta el 3 de noviembre, fecha en que se reparten las ofrendas.

En la mayoría de los cementerios no hay velación, sólo ofrendas. Donde hay velación ésta suele prolongarse hasta la medianoche, y en algunos casos, muy pocos, hasta el alba.

Tlaxcala

La feria anual de los tlaxcaltecas coincide con la celebración de Todos los Santos y el Día de Muertos. Se inicia en la segunda semana de octubre y se desarrolla durante las primeras semanas de noviembre. El espectáculo más destacado de la feria son las corridas de toros, no hay que olvidar que Tlaxcala es una entidad taurina.

En estas fechas, el Gobierno convoca a un concurso de altares. Los participantes acuden de poblados vecinos y distintos barrios de la ciudad. Los altares instalados en el Zócalo de la capital por lo general se apegan a la tradición; otros, en particular los diseñados por los jóvenes, revelan un espíritu vanguardista.

Para obtener el primer premio no basta la disposición del altar ni su decorado, los realizadores...

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