Paz Fernández Cueto / ¡Cada quien su cuerpo!

AutorPaz Fernández Cueto

Estábamos en Ixtapa pasando unas vacaciones con los niños, cuando uno de ellos acuñó para siempre esta frase sabia que me ha hecho reflexionar más de una vez: "¡oye!", exclamó indignado cuando alguien intentaba sacudir de su cuerpo la arena que se le había pegado de la playa: "¡cada quien su cuepo...!" Su experiencia de escasos tres años, que no le permitía aún pronunciar la "r", le había llevado a entender algo que muchos que se dan de letrados ignoran, y que otros titulados con doctorados y maestrías no han logrado incorporar al acervo de un conocimiento elemental.

Miguelito entendió por intuición algo básico. Tan esencial..., como el que cada persona es un individuo completo, un individuo que tiene derechos en primer lugar sobre su cuerpo, y que el principio de individuación, como dicen los filósofos, está determinado por la materia distinta que en cada caso lo constituye, y que le hace ser precisamente ese individuo..., y no otro.

¡Qué lección tan sabia...!, tan contrastante con la declaración que Rosario Robles hizo a un grupo de mujeres del PRD el día de las madres, cuando se comprometió a promover reformas constitucionales, no para proteger a sus hijos, ni para salvaguardar por encima de todo las garantías individuales de los menores o los derechos humanos de quienes están bajo su tutela, sino para promover el aborto como método de planificación familiar. ¿Es ésta la forma de seguir luchando por su maternidad, o por la negación de la misma? ¡Qué manera de enredar con sofismas engañosos!, ¡vaya regalo del día de las madres tan original!, parecería chiste cruel. En todo caso qué ironía vivir con la obsesión de legalizar la muerte de hijos ya concebidos aunque no deseados, de seres individuales por simple deducción lógica de sentido común, de organismos completos según datos de la ciencia, de cuerpos distintos a los de sus madres como lo constata la experiencia de cada mujer, en fin, de seres humanos pequeñísimos, sí..., pero vivos y en gestación, constituidos en personas por el componente de una alma racional.

El ofrecimiento resulta tan extremista y contrario a la legalidad, que de reflexionarse con un poco de detenimiento por hombres y mujeres pensantes, acarrearía al PRD un costo político altísimo, en proporción con el radicalismo de la misma declaración.

En primer lugar me gustaría decirle a la señora Robles que no sólo las mujeres del PRD luchan por su derecho a decidir, sino que todas las mujeres, por lo menos las que yo conozco...

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