Pemex sí tiene recursos

AutorFrancisco Rojas

El crecimiento económico y poblacional, el urbanismo, cambios en la dieta alimenticia y el descuido sobre el medio ambiente han provocado daños irreversibles sobre la capa de ozono y un calentamiento global que pone en peligro la sustentabilidad de la humanidad.

Nueva Orleáns y la destrucción por los huracanes Rita y Katrina de 109 plataformas petroleras, con pérdidas por más de 30 mil millones de dólares en las explotaciones marinas del Golfo de México y la conjunción de errores humanos en el desastre de Tabasco son ejemplos de que el cambio climático llegó para quedarse.

La afectación al medio ambiente y los altos precios del petróleo impulsan la búsqueda de combustibles limpios y energías alternativas. Solamente en 2006 Estados Unidos y los cuatro principales países de la OCDE subsidiaron con 11 mil millones de dólares la producción y consumo de etanol y biodiesel a base de maíz y soya, causando escasez y elevación de precios en los granos y la cadena alimentaria, planteándose la disyuntiva de agricultores ricos de países desarrollados versus pobres urbanos, principalmente de países importadores netos de alimentos.

Las emisiones contaminantes van a continuar por el crecimiento económico de China, India y otros países; además 2 mil 400 millones de habitantes todavía cocinan con fuentes tradicionales de energía como madera y carbón y mil 600 millones no tienen electricidad, (sólo en India hay 400 millones).

Por ello, la Agencia Internacional de Energía estima que la demanda crecerá 55 por ciento en los próximos 30 años y será satisfecha en un 82 por ciento con carbón, gas y petróleo.

En los últimos 100 años hemos consumido la mitad de las reservas totales de hidrocarburos que la naturaleza tardó millones de años en crear. Se avecina una transición energética caracterizada por escasez y alza en los precios de los alimentos, sequías e inundaciones derivadas del cambio climático, disminución global de la oferta de petróleo y búsqueda de nuevas tecnologías para seguir abasteciendo la insaciable demanda de energía de la humanidad.

Una consecuencia inmediata es que seguiremos dependiendo de los hidrocarburos por mucho tiempo, ya que el avance de las energías alternativas es lento, caro e insuficiente, a menos que se presentaran revoluciones tecnológicas que cambiaran el panorama.

Las noticias para las empresas petroleras internacionales no son halagüeñas. El 70 por ciento de las reservas mundiales de petróleo pertenece a las empresas estatales; del restante, 25 por ciento son compartidas y sólo el 5 por ciento pertenece a las empresas internacionales que cotizan en Bolsa.

Los altos precios del petróleo incentivan a las empresas estatales a revisar al alza los contratos. Venezuela, Argelia, Bolivia y Libia lo han hecho y Nigeria trata de seguir su ejemplo.

Además, hay una ola creciente entre todos los países por asegurar la soberanía sobre sus recursos estratégicos, sean estos hidrocarburos, carbón, agua, líneas aéreas, bancos, empresas claves, etcétera.

A lo anterior se agrega la declinación en la producción del Mar del Norte, por lo que las petroleras internacionales presionan por nuevos lugares para hacer negocios, por ejemplo el Golfo de México, en donde se juegan miles de millones de dólares, para contar con seguridad energética para sus naciones.

Propuesta de reforma

En México ya estamos resintiendo la presión, manifestada por el bombardeo mediático que quiere hacernos creer que no hay más camino que desmembrar a Pemex y permitir que dichas empresas solucionen problemas que nosotros mismos creamos y cuya solución está en nuestras manos.

Al parecer premeditadamente, mediante un...

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