PERFILES Y RASGOS

AutorHoracio Andrade

¿DEMOCRACIA O PARTICIPACIÓN?

Se ha venido discutiendo en diferentes foros un interesante debate sobre la democracia organizacional. Para algunos, este concepto es plenamente plausible y, de hecho, desde hace años varias organizaciones lo han tratado de poner en práctica. Para otros, en cambio, la democracia es una realidad que, casi por naturaleza, está muy alejada del ámbito laboral, por más participativas que sean ciertas organizaciones.

Este debate, como muchos otros, tiene su origen en la definición que se le de al término, ya que el que una empresa sea o no democrática dependerá de lo que se entienda por dicha palabra. El problema que se enfrenta aquí es que, como afirma la Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales, editada por Aguilar, "democracia" es el término más ambiguo de esta disciplina.

Vista desde su raíz etimológica, la palabra democracia viene del griego déemos, pueblo, y krátos, autoridad, por lo que se entiende como "el gobierno del pueblo", o la autoridad que tiene en sus manos la población para tomar ciertas decisiones importantes para la comunidad.

De hecho, el único común denominador de la doctrina democrática es el llamado "principio de legitimidad": el poder sólo es legítimo cuando procede de la autoridad del pueblo y está basado en su consentimiento.

Dado que "el pueblo" es un ente demasiado extenso, sería imposible pretender su participación directa en la toma de decisiones, como en la antigua Grecia, donde la población era reducida (sobre todo considerando que mujeres y esclavos no contaban para esos efectos), su voluntad se expresa a través de sus representantes, que en el ámbito político tiene en los partidos su figura más común.

En las organizaciones, el "pueblo" equivale al conjunto de trabajadores (tanto de cuello blanco como de cuello azul) que las integran.

Resulta obvio que, utilizando la definición original, etimológica del concepto, la democracia, o algo que estaría cerca de ella aún sin serlo del todo, solo puede darse en organizaciones con alto nivel de participación de los colaboradores en la gestión de la empresa, incluida la elección de sus ejecutivos (cooperativas, organizaciones congestionadas y autogestionadas).

Acciones sí, voto no

Sin embargo, el esquema que prevalece hoy en día es diferente, ya que aunque existe un número relativamente alto de empresas que han establecido programas de participación accionaria, éstos generalmente se limitan a los niveles gerenciales y no dan...

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