Piden para cuenca giro tecnológico

AutorSilvia Garduño

La sobreexplotación de la Cuenca Lerma-Chapala no cesará si no se invierte en tecnología agrícola que evite el desperdicio de agua, advirtió el especialista Pedro León Corrales, coordinador de litigios del Instituto de Derecho Ambiental.

"La agricultura de la zona del Bajío tiene que pasar a ser una agricultura con el uso de agua con tecnología más adecuada, y para eso se debe invertir.

"Que se riegue por goteo, que permita que con menor cantidad de agua se pueda seguir produciendo con tierras de riego en la misma zona, hay tecnología para eso, pero no hay interés", señaló en entrevista.

Según el especialista, dicha inversión permitiría reducir el desperdicio del agua hasta en 80 por ciento. El 40 por ciento del agua para uso doméstico, agregó, también se desperdicia.

REFORMA dio a conocer este domingo que la incesante tala, la contaminación de los cuerpos de agua superficial y subterránea, así como una erosión del 50 por ciento de los suelos en la Cuenca Lerma-Chapala, ponen en peligro el abasto del vital líquido en cinco estados del país y el 7 por ciento del que se consume en el Valle de México.

Así lo revela el "Atlas la Cuenca Lerma-Chapala, construyendo una visión conjunta", elaborado por investigadores del Instituto de Ecología de la UNAM y el Instituto Nacional de Ecología (INE), expone esa situación.

Debido a que esta cuenca tiene los peores problemas de manejo y los mayores grados de sobreexplotación y contaminación, el especialista consideró indispensable la promulgación de una ley que reconozca esta área como sitio Ramsar (parte de la Convención de Ramsar sobre los Humedales), a fin de que la proteja y la restaure.

"En esta cuenca están proyectadas una serie de obras que no tienen sustento, como obras de interés público, como el caso de la presa de Arcediano, la presa de la Yesca, la Presa del Cajón y la presa del Zapotillo", refirió.

Otra actividad que favorece el desperdicio de los recursos hídricos, advirtió, son los sistemas mixtos de drenaje y distribución de agua, pues los colectores llevan tanto desperdicios como agua de lluvia.

Una manera de evitarlo, dijo, es separar los colectores, de forma que el agua de drenaje no se junte con el agua de lluvia, pues resulta absurdo que el agua de lluvia se ensucie y luego tenga que ser tratada.

La zona, consideró, está altamente contaminada y necesita proyectos de saneamiento concretos, por lo que es indispensable una restauración que vaya más allá de la construcción de plantas de...

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