Los placeres y los días / ¡Música, maestro!

AutorAndrés de Luna

En América Latina, Colombia fue la emisaria de dos cárteles que fueron una muestra viva de lo que era el respeto y los negocios, ahí la mayoría se doblegaba ante los capos y esto lo dice un amigo de Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, el periodista, que luego estuvo convicto por siete años, Alberto "El Loco" Giraldo. La narración del libro es de Juan Carlos Giraldo, ganador cinco veces del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, en Los Rodríguez Orejuela: El Cártel de Cali y sus amigos (Dipon-Ediciones Gato Azul, Bogotá, 2005). En ese texto, aparecen muchas de las "enseñanzas" que supuso el tener contacto con ese par de capos, que se opusieron de manera decidida al Cártel de Medellín, el del famoso y ahora convertido en personaje de películas, series televisivas y hasta telenovelas Pablo Escobar. Lo que deja un volumen como el de Giraldo, leído luego de nueve años de publicado, es la noción que tenían esos capos para realizar toda clase de negocios. Uno de ellos, el más duradero, fue el de comprar estaciones radiofónicas, para cuidarse las espaldas, también hacían negocios de todo tipo, desde la elección de presidentes de la república hasta de otros políticos.

El volumen está descrito por las entrevistas del periodista a "El Loco" Giraldo, quien fungía como una especie de secretario particular de los hermanos. Él lograba que en la vida colombiana se ubicara tal o cual personaje. Además, él era parte de las reuniones de bohemia donde circulaban las mejores vedettes y "misses" de aquel país. Compraban equipos de futbol y les gustaba la música colombiana y mexicana. "El Loco" Giraldo aclara: "Artistas, los que tú quisieras. Yo conocí muchos de ellos famosos. Todos desfilaron por sus fiestas. Desde Darío Gómez hasta...

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