Plaza Pública / Cuestionados órganos autónomos

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Dos relevantes órganos autónomos, o por lo menos quienes los encabezan, están siendo cuestionados por miembros del Congreso y por importantes porciones de la sociedad. Por el papel que han tenido la Comisión Nacional de Derechos Humanos y el Instituto Federal Electoral en la construcción de una nueva cultura cívica y política, importa revisar sus lances recientes, para contribuir a determinar si sus presidentes han errado en el cumplimiento de sus funciones, y ello significa un retroceso en la institucionalidad mexicana; o si son sus críticos quienes yerran o si embaten contra ellos con ulteriores intenciones.

Las cabezas de ambos organismos autónomos (y el consejo general entero, en el caso del IFE) ejercen sus cargos afectados por un polémico proceso de designación. El presidente de la CNDH, José Luis Soberanes, fue reelegido por el Senado hace menos de un semestre sin contar con el asentimiento de la comunidad de derechos humanos en el país, y con la promesa de abrirse hacia ella en su nuevo periodo. Los consejeros del órgano electoral, a su vez, elegidos por la Cámara de Diputados un año atrás, en octubre de 2003, fueron y son criticados por el modo en que se les incorporó a su función y han tenido que ganar asentimiento público en el ejercicio de sus atribuciones.

El ombudsman se introdujo en las semanas recientes en terrenos que no corresponden a su ámbito de competencia, con declaraciones que pudieron haber sido procesadas de modo diferente a como se hizo, y que generaron vivas reacciones. Expresó primero su opinión personal sobre el curso legal de la declaración de procedencia respecto del jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Luego, sobre la eventual violación de los derechos humanos en el campo de la educación. Y finalmente fue refutado por los poderes de Oaxaca a propósito de una declaración suya, no una recomendación que es el instrumento típico de una comisión de derechos humanos, sobre atentados a la dignidad de personas en aquella entidad.

El 16 de febrero Soberanes aceptó emitir su parecer sobre el desafuero. Fue explícito al establecer que "como presidente de la CNDH no puedo opinar porque no es parte de mi competencia". Pero habló "a título personal, como profesional del derecho". Debe recordarse que antes de presidir la Comisión Nacional, Soberanes dirigió el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional. Su diagnóstico legal no era novedoso. Muchos meses atrás se había dicho que, aun si en efecto Andrés Manuel López Obrador hubiera violado un mandamiento judicial, su conducta no sería punible, porque no hay sanción exactamente aplicable al caso, como lo demanda el rigor constitucional en materia penal.

En esa misma línea, el ombudsman nacional recordó que la ley de amparo remite la desobediencia a una decisión judicial al Código penal, equiparándola al...

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