PLAZA PÚBLICA / Última semana legislativa

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Ésta es la última semana del periodo de sesiones ordinarias de primavera de la LXI Legislatura. Si mucho me apuran, podría aventurar que es también el tramo postrero de la legislatura misma. Es verdad que sólo en julio del año próximo se elegirá a los senadores y diputados de la LXII Legislatura, que asumirá sus funciones el 1o. de septiembre de 2012. Por ello, a los actuales miembros del Congreso les restan dos periodos de sesiones ordinarias, el del otoño próximo, del 1o. de septiembre al 15 de diciembre, y el formalmente final, de primavera, del 1o. de febrero al 30 de abril de 2012.

Pero cuando se reúnan de nuevo los legisladores, en septiembre próximo, su atención, energía y tiempo estarán concentrados en los procesos de elección de candidatos presidenciales. Esa circunstancia, y los intereses desatados en torno de ese suceso, dejarán en un segundo plano el trabajo legislativo propiamente dicho. Con un añadido más: dos de los precandidatos presidenciales actúan ahora en las Cámaras, y en septiembre acaso habrán pedido licencia para contender por la postulación de sus partidos. Es el caso de la diputada Josefina Vázquez Mota y del senador Manlio Fabio Beltrones.

Si ganan la candidatura, habrán dejado atrás su presencia en el Congreso. Si no la obtienen y se reintegran a sus asientos, ya no serán lo que son hoy, y su capacidad de influir y de negociar habrá mermado considerablemente. Y si a estas alturas ha sido ardua labor lograr consensos para avanzar en materias que importan si no a los ciudadanos por lo menos a los grupos de poder y a las fracciones parlamentarias, entonces el grado de dificultad para ese propósito, en tales condiciones, habrá crecido de manera notoria. También cabe la posibilidad, sin embargo, de que en sentido opuesto al razonamiento anterior, las condiciones de la acción legislativa mejoren porque hayan sido removidos obstáculos como los que hoy se perciben, como el enfrentamiento o la escasa coordinación entre las dos bancadas del PRI en el Congreso.

Sea de ello lo que fuere, en estos días los diputados y senadores deberán desahogar una abundante agenda, donde hay pendientes de toda suerte. Sobresale por su relevancia, y porque en tratándose de enmiendas constitucionales se reclaman mayorías calificadas y la intervención de las legislaturas locales, la sólo por rutina llamada reforma política, que no lo es en sentido estricto, porque no forma un conjunto coherente dirigido a un cierto objetivo, sino sólo un...

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