Y la pobreza sigue allí

AutorErnesto Núñez

SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS.- Es casi la medianoche del lunes 15 de febrero y el frío ya cala en la plaza principal de este municipio chiapaneco. Hace 12 horas todo era algarabía por la presencia del Papa Francisco, pero en este momento reina el silencio.

Cuando un grupo de turistas cruza la plaza, para regresar a su hotel, cuatro niños indígenas salen de la penumbra y corren detrás de ellos. Cada uno carga un cajón de madera, con grasa, tintas, franelas y cepillo.

"¿Doy grasa?", preguntan en un precario español.

Ninguno de ellos es "Angelito", el niño chamula que ese día se hizo famoso en Twitter, cuando el subsecretario de Desarrollo Social y Humano de la Sedesol, Ernesto Nemer, subió a la red una foto del chico dándole grasa mientras él comía en un restaurante, en el andador Guadalupe.

"No se llama Angelito, se llama Ángel", aclara Juan Carlos, el mayor de los cuatro niños, "ahorita no está, porque mañana va a escuela".

"Angelito" vive en San Juan Chamula, va a la escuela en la mañana y, entre las tres de la tarde y las diez de la noche, está en San Cristóbal boleando zapatos. Su caso es excepcional, pues la mayoría de los niños chamulas que dan bola en este "pueblo mágico" ya han abandonado la escuela.

En 2010, la asociación Melel Xojobal contabilizó mil 487 menores de edad que trabajaban en la economía informal en San Cristóbal de Las Casas; las niñas, vendiendo textiles, dulces, pulseras, muñecas de trapo... los niños, aseando calzado en la vía pública.

La misma asociación ha denunciado, desde 1997, que en Chiapas -donde se calcula que hay más de 2 millones de niños y adolescentes- 8 de cada 10 menores viven en condiciones de pobreza, expuestos a violencia intrafamiliar, analfabetismo, deserción escolar, abuso sexual, desnutrición, enfermedades respiratorias, infecciones gastrointestinales y explotación laboral.

Melel Xojobal advierte que la mayor parte de los 25 mil desplazados en Chiapas desde el conflicto zapatista de 1994, son mujeres, niñas y niños. Y calcula que, de 2013 a la fecha, más de 500 menores han tenido que huir de sus comunidades por la violencia persistente.

El abuso sexual, el matrimonio infantil, el embarazo adolescente y los feminicidios en contra de niñas y adolescentes son otras dolencias de la infancia chiapaneca, principalmente la indígena.

Unos días antes de que Francisco visitara San Cristóbal, ésta y otras 10 organizaciones pidieron al Papa que exhortara a los gobiernos estatal y federal a que respeten...

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