DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Venezuela

AutorCatón

"La palabra 'pene' puede decirse también en femenino". Dígale usted eso a cualquier amigo suyo. Preguntará el amigo: "¿Cómo es eso?" Responda usted: "En mi caso eso es un pene. En el tuyo es una pena". Tras decir eso suelte una estentórea carcajada de burla y luego ponga pies en polvorosa para librarse de las iras del escarnecido. Una pena, en efecto, era lo que tenía Meñico Maldotado, infeliz joven con quien se mostró avara la naturaleza en la parte correspondiente a la entrepierna. Cuando Meñico iba a la consulta del urólogo lo primero que hacía el facultativo -que ya lo conocía- era pedirle a su asistente antes de examinar a Maldotado: "Señorita: la lupa, por favor". (Y era de 15 aumentos el cristal). Dos preguntas suelen hacer muchas mujeres en el curso del acto del amor. Al principio: "¿Me amas?" Y luego: "¿No crees que el techo ya necesita pintura?" Pues bien: en el caso de Meñico la pregunta era siempre: "¿Ya estás ahí?" Cierto medicastro le recetó al lacerado unas píldoras rojas. Con ellas, le dijo, la mencionada parte le crecería. En tal cantidad las consumió Meñico que se le pusieron los ojos colorados, como de conejo de Castilla. Y muchas partes le crecieron: los glúteos, el tubérculo cuadrigémino cerebeloso, el píloro, los dedos de los pies; todo, menos lo que él quería que le creciera. Siguió minimalista el pobre. No obstante esa penuria el joven Maldotado se casó. Lo hizo con una ex alumna de las Madres de la Reverberación y socia de la Cofradía de las Arrodilladas, de la cual era portaestandarte. Pensaba Meñico que las virtudes religiosas de Goreta -así se llamaba la muchacha- implicaban ignorancia en cosas relativas al varón. Se equivocaba. La noche de las bodas la piadosa joven vio por primera vez al natural a su flamante esposo y luego dijo estas palabras: "¡Joder! ¡Y para colmo esta noche no hay nada bueno en la televisión!" No te aflijas, Meñico. Pequeñeces hay peores que la tuya. Tienes por ejemplo el caso de Nicolás Maduro. También él tiene un pajarito chiquitico. Pero sufre además la falta de personalidad propia. Finca todo su valer en...

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