El PRI que recibe Ochoa

AutorErnesto Núñez

Nunca en una sola jornada electoral el PRI había perdido siete elecciones estatales. Ni siquiera en 2000, cuando entregó la Presidencia de la República al PAN, o en 2006, cuando Roberto Madrazo lo hundió al tercer lugar.

El 5 de junio, bajo la conducción del experimentado Manlio Fabio Beltrones, el tricolor perdió Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz. De esas entidades, las últimas cuatro las había gobernado ininterrumpidamente durante décadas.

También perdió Puebla, donde no gobernaba.

Retuvo Hidalgo, Tlaxcala y Zacatecas, y reconquistó Oaxaca y Sinaloa, que en 2010 había perdido ante alianzas opositoras.

La derrota es innegable, incluso para los priistas, que ahora tienen un nuevo presidente nacional: Enrique Ochoa Reza, economista por el ITAM, abogado por la UNAM y ex director de la Comisión Federal de Electricidad. Un tecnócrata de 43 años, sin experiencia en política partidista y polémico ex asesor de la magistrada del Tribunal Electoral, María del Carmen Alanís. Un personaje al que se identifica con el secretario de Hacienda Luis Videgaray que, a diferencia de su antecesor, tendrá línea directa con Los Pinos.

Con este nuevo dirigente, el PRI enfrenta un desafío inmediato: las elecciones de 2017, cuando se pondrán en juego otros tres estados priistas: Nayarit, Coahuila y el Estado de México, la tierra del grupo político que gobierna el país, considerada la antesala de las presidenciales de 2018 por sus 16.1 millones de habitantes y sus 10.8 millones de electores. Un bastión irrenunciable para los priistas.

Hace un mes, con un pie fuera de la dirigencia tricolor, Manlio Fabio Beltrones defendió el resultado del PRI, afirmando que fue el partido más votado. Es cierto: obtuvo 5 millones 475 mil votos, que representan el 31 por ciento de los más de 17 millones 624 mil sufragios emitidos el 5 de junio.

Sin embargo, no todos esos votos son puramente priistas.

Compitió aliado en todas las entidades, a excepción de la Ciudad de México, donde conquistó apenas 153 mil votos (7 por ciento del total).

El PRI es la quinta fuerza política de la Capital. Y su fuerza en el resto del país se diluye en una serie de alianzas variopintas. Con el Partido Verde, en las 12 entidades donde se renovó la gubernatura y Baja California, donde se eligieron alcaldes y diputados locales. Con Nueva Alianza, en todas excepto Puebla. Y con el PT, en Aguascalientes, Baja California y Chihuahua.

Con esos mismos aliados, el PRI conquistó...

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