Un profesor... de la delincuencia

AutorAbel Barajas

Servando Gómez, "La Tuta", ya se sentía acorralado cuando hizo circular un audio el pasado 2 de febrero que le dio la pista al Gobierno federal de que pretendía someterse a una cirugía plástica.

"No doy la cara en este medio, en este audio. Ustedes entenderán los motivos y las razones: estoy tratando de cambiar de personalidad. Ojalá y me funcione y pueda durar unos cuantos años si se puede. Voy a tratar de conservar la vida y la libertad el tiempo que sea posible", refirió entonces.

Se había diluido la leyenda del profesor de primaria que devino en capo de la droga, el que apostaba fortunas en los gallos, el delincuente más mediático, aquel que guiaba sus decisiones por los designios de su brujo de cabecera.

En los últimos meses, todo su círculo cercano había sido desmantelado. Muy pocos eran los que obedecían sus órdenes, todas sus propiedades habían sido aseguradas y su familia también era perseguida.

Tampoco tenía a su hechicero, Juan Víctor Fernández Castañeda, quien, antes de ser detenido, le leía el tarot y "adivinaba" quiénes eran traidores para que los mandara matar.

El jefe de los Templarios nació el 6 de febrero de 1966 en Arteaga, Michoacán. Estudió la carrera magisterial en el Centro Regional de Educación Normal de su municipio. A partir de 1991 empezó a dar clases en una primaria de Quiroga, pero una década más tarde abandonó las aulas.

Su hijo Luis Servando Gómez Patiño, "El Pelón", declaró a la PGR que, en 2001, su padre y un amigo de apellido Barragán concretaron su primer negocio ilegal al sembrar mariguana en unos terrenos.

En cuestión de meses se pelearon y su padre comenzó a trabajar por su cuenta, aunque no como productor, sino como intermediario en el comercio de drogas.

"En esas fechas él empezó a trabajar solo en el narcotráfico, señalando que su actividad consistía en que él compraba mariguana y la vendía en la frontera y después ya se metió en la organización de La Familia. Mi papá me dijo: 'Mira, hijo, no me queda de otra porque me sigue la ley'", contó.

Por aquel entonces, "La Tuta" sólo era un traficante más que compraba las pacas en los sembradíos y las llevaba a Baja California, donde otros intermediarios las cruzaban a Estados Unidos.

El grupo delictivo que empezó a predominar en Michoacán a principios de la década pasada era el de Carlos Rosales

Mendoza, "El Tísico", compadre de Osiel Cárdenas, entonces capo del Cártel del Golfo.

Rosales, un católico muy devoto, tenía como segundo a bordo a Nazario Moreno...

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