Provoca Ruy Sánchez aparición del asombro

AutorErika P. Bucio

Después de 30 años de transitar por las calles de Mogador, la ciudad del deseo, el escritor Alberto Ruy Sánchez (Ciudad de México, 1951) se detiene para indagar sobre sus orígenes.

Lo hace con ese mismo asombro con el que avistó por primera vez las costas de Essaouira, en Marruecos, ciudad sobre la cual construyó su propio "cosmos del deseo" en un ciclo literario que inició en 1987 con la novela Los nombres del aire.

"Mi labor poética consiste en descubrir dentro de lo normal lo sorprendente", asegura en entrevista.

Una "estética del asombro" que ha guiado tanto su creación literaria como su labor editorial al frente de la revista Artes de México.

"La literatura es un arte ritual donde provocas la aparición del asombro ante la imagen poética", define el ensayista y novelista.

En Nueve veces el asombro (Alfaguara), narra en nueve capítulos la leyenda sobre el origen de Mogador: "Inventada por marineros deseosos de un puerto que los acogiera con calma".

"Mogador surgió para contar una historia de las pasiones", afirma. "Surgió como una mujer, inaccesible".

En su personal cartografía del deseo, Mogador apareció por primera vez en el invierno de 1975, cuando navegó hacia Essaouira. Frente a sus costas, el lanchero apagó el motor.

"Debíamos esperar a que Mogador nos llamara", evoca Ruy Sánchez.

Ese primer viaje marcó el inicio del ciclo literario dedicado a Mogador, que brotó en forma de poema, Llegada a Mogador (1976), y prosiguió por la ruta de la novela y el relato.

"Mi obra ha sido una exploración del deseo", confiesa. "Esto es una herejía absoluta: la cultura islámica nos ayuda a entender que cuando amas a una mujer, se convierte en una diosa. Acariciarla, besarla, es como rezar, un ritual erótico. También se puede llegar a Dios a través del erotismo".

El proyecto es tan vasto, dice, que hay relatos que escapan a la composición de las novelas y han dado cuerpo a otros libros, como Nueve veces el asombro.

"Son como las piezas pequeñas del tablero, pero no son menores. Me ayudan a pensar el libro y verlo en su conjunto. Responden a preguntas de la gente como '¿Mogador existe o no?'. Pero no es una respuesta lineal sino poética", explica.

Ruy Sánchez se confiesa aún cautivo de Mogador y todavía ve lejano el fin del ciclo literario.

Ahora escribe Las manos del fuego, cuarta entrega de la "tetralogía del deseo", integrada también por las novelas Los nombres del aire, En los labios del agua y Los jardines secretos de Mogador.

"Me faltaba nombrar...

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