Lo que ellos quieren

AutorMario Abner Colina y Carlos Figueroa

Aquellos que se han dedicado a estudiar la mente afirman que una de las diferencias básicas en el comportamiento de ambos géneros es que mientras una mujer centra su atención en muchas cosas, el hombre focaliza.

¿Qué hacemos los hombres cuando salimos entre amigos, en plan Club de Toby? Seguro habrá miles de excepciones, pero la verdad es que somos muy, muy predecibles y nos interesan muy pocas cosas: los deportes, las mujeres y los placeres del paladar.

No, no todos somos iguales, como suelen decir ellas... pero casi.

Beber para dejar de sufrir

La añoranza por los tiempos que se fueron, aquellos en que nos decían vagos y hasta maleantes por gastar las tardes (y muchas mañanas) entre tacos, paños y bolas, fue lo que me hizo reunir a los viejos amigos de la prepa.

La idea es echar unas cervezas y platicar -o burlarnos, más bien- de lo bien o mal que nos ha tratado la vida; hacer el recuento de panzas o calvicies incipientes, y brindar por el dolor que nos causaron, nos causan y nos causarán las mujeres. El sitio elegido para tan importante encuentro fue el billar Malafama en la Condesa.

Recién clausurada mi última relación, iba en plan de ahogar las penas repitiéndome como disco rayado "Por tu maldito amor" de Vicente Fernández. Justo al llegar, Tomás, al que todos le copiábamos en los exámenes de mate, me secundó con otra canción del Charro de Huentitán, pero él sí que sufría y se desgarraba con "Lástima que seas ajena".

La música lounge del lugar nos calmó los ánimos autodestructivos. Enfilados con las cervezas y la plática informativa -nada de chismes, que quede claro- la tarde iba agarrando ritmo cuando el destino me jugó chueco, me hizo pegarle con el taco a una chica que acababa de acomodarse con sus amigas en la mesa de al lado.

"Idio...", alcanza a decir pero la palabra se ahoga en su garganta. Palidezco y mi corazón se colapsa cuando la veo de frente. Ella sonríe. Mis amigos empiezan a murmurar y entonan el para estas edades anacrónico: ¡uuuhhhh!. Es ella, una de las muchas que me hicieron picadillo el corazón hace años, y según yo, con placer.

Sigue pareciendo la chica más triste del mundo. Ahora se corta el cabello chiquito y se embarra los ojos con demasiado delineador. Todo vuelve a mi mente. Intercambiamos números de teléfono, prometemos llamarnos, y volvemos cada quien a lo nuestro.

Como estoy inquieto, a partir de ahí todo me sale mal. Mis amigos se dan cuenta y comienzan a apostarme dinero. En lisas y rayadas doy pena. En números también. Luego de otra ronda de cervezas, por poco rajo todo el paño de la mesa.

Ella me mira de reojo y trata de contener la risa por mi actuación. Tomás, para lucirse, le pega a la bola con efecto, hace tiros de fantasía y no deja de hacer sonar la buchaca. La próxima vez iremos a una cantina, al Ocean Drive, al Papa Bill's...

No con muchos ánimos chocamos las botellas, y luego de varios tragos, cuando empiezo a escuchar las voces de los demás como una confusa mezcla de ruidos, me doy cuenta que ella se ha esfumado.

"Por su maldito amor", dice Tomás riendo. Yo sólo le hago coro.

Copa, 'bicho' y ficha

Salón Malafama

- Michoacán 78, Condesa, 5553-5138 / Do a Mi de 10:00 a 00:00; Ju a Sá de 11:00 a 01:00 / $80 por hora.

Lucille

- Orizaba 99, Roma, 5207-8441 / Lu a Mi de 9:30 a 24:00, Ju a Sá de 9:30 a 02:00, Do de 12:30 a 21:00 / Hora: $40 antes de las 13:00, después $60.

Poolso

- Camino al Desierto de los Leones 52, San Ángel, 5550-5561 / Do a Mi de 13:00 a 00:00; Ju a Sá hasta las 02:00 horas / Hora: $40 antes de las 18:00, después $60.

Billart

- Insurgentes Sur 1632, Crédito Constructor, 5663-2816 / Lu a Vi de 12:00 a 23:00; Sá y Do de...

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