Razones y Proporciones/ Balance económico de México 2002

AutorManuel Sánchez

La información disponible apunta a un dinamismo económico inferior al de la población, lo que implica que, por segundo año consecutivo, el ingreso por habitante diminuyó. Con base en la relación histórica del PIB y los indicadores de pobreza, es razonable suponer que la proporción de pobres, en el mejor de los casos, no se redujo. Además, la inflación anual, aunque moderada para estándares históricos, registró una trayectoria ascendente y, por primera vez en cuatro años, el Banco de México no cumplirá con su meta, rebasando a ésta probablemente en más de un punto porcentual.

Sin duda, en la evolución deficiente de la producción influyeron factores externos, como el efecto rezagado de la recesión económica de Estados Unidos en 2001 y el tardío repunte de la producción manufacturera en ese País, que limitó el dinamismo de las exportaciones mexicanas. Sin embargo, los factores externos parecen insuficientes para explicar la debilidad del crecimiento económico del País.

El más importante contraste lo ofreció la misma economía de Estados Unidos, cuya recuperación fue vigorosa a partir del cuarto trimestre de 2001. Su reanimación se fincó en el crecimiento de la productividad más elevado desde 1966, lo que a pesar del aumento de las remuneraciones permitió una drástica caída de los costos unitarios de la mano de obra. Por el contrario, en México la reanimación económica inició tres trimestres después, impulsada principalmente por las exportaciones; y, posteriormente, el consumo se desaceleró y la inversión se contrajo. Detrás de esta débil reactivación se encuentra un bajo avance de la productividad laboral media.

Las observaciones anteriores contrarrestan la opinión generalizada de que el bajo dinamismo económico de México se debió exclusivamente a su vecino del norte. Muchos obstáculos internos impidieron reducir suficientemente los costos de operación en la fase recesiva del ciclo económico y aprovechar más el potencial de desarrollo en la etapa expansiva. Este hallazgo difícilmente sorprende ya que las trabas a la productividad del País son muchas y bien conocidas.

Un obstáculo claro son las regulaciones laborales que encarecen notablemente la contratación y el despido del personal y, por ende, los ajustes en el tamaño de las empresas. Además, muchos otros factores restringen la productividad, como los excesivos trámites gubernamentales para la autorización y supervisión de la actividad económica, las prohibiciones y limitaciones a la...

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