La realidad se impone

AutorMartha Martínez

Desde su inicio, el actual gobierno puso en marcha una política encaminada a construir una imagen positiva del país ante el mundo. Para ello, Enrique Peña Nieto eliminó el tema de la violencia de sus discursos en el extranjero, reposicionó el tema económico como el prioritario de su agenda y dio señales de que su gobierno se enfocaría a impulsar las reformas que los inversionistas estaban esperando: la energética y la fiscal.

La estrategia parecía efectiva. El 23 de febrero, pocas semanas después del comienzo de la nueva administración, Thomas Friedman escribió en The New York Times un artículo en el que aseguraba que México se convertiría en el protagonista económico del siglo XXI, desplazando a países como China e India.

Otros especialistas, en medios influyentes de todo el mundo, coincidieron en el diagnóstico y elevaron las expectativas. A partir de ese momento, en el mundo comenzó a hablarse del Mexican Moment (MeMo).

Cinco meses después, la euforia por la posibilidad de que México despunte como una potencia económica se desvanece como consecuencia del bajo crecimiento económico registrado durante los primeros meses del actual gobierno, la baja inversión pública, el aplazamiento de las reformas energética y fiscal, las altas tasas de desempleo y la parálisis en el Pacto por México.

El canciller de Peña Nieto

La estrategia para generar expectativas positivas para el país comenzó con el nombramiento de José Antonio Meade al frente de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Sin experiencia en el ramo diplomático, la designación del ex secretario de Hacienda de la pasada administración fue interpretada como un mensaje para los organismos internacionales y los inversionistas extranjeros de que la prioridad para México volvería a ser la agenda económica, luego de un sexenio en el que todo giraba en torno al combate al narcotráfico.

Además, el perfil de Meade elevó la confianza de que las reformas energética y fiscal -las principales apuestas de Peña Nieto para atraer inversiones importantes al país- avanzarían, no sólo por su experiencia como ex secretario de ambas carteras sino por su papel como principal impulsor de las reformas realizadas a dichos ramos en años anteriores.

En 2006, como coordinador de Asesores del entonces secretario de Hacienda, Agustín Carstens, Meade se convirtió en el principal interlocutor con el Congreso, por lo que es considerado pieza clave para la aprobación de la reforma fiscal de ese año, la cual incorporó el IETU y un gravamen del 2 por ciento a los depósitos de 25 mil pesos o más en efectivo.

Tres años después, ya como subsecretario de Ingresos, impulsó la reforma fiscal aprobada en 2009, misma que elevó de 15 a 16 por ciento el IVA y de 28 al 30 por ciento el ISR.

En 2011 fue designado secretario de Energía, cargo en el que estuvo sólo ocho meses antes de regresar a Hacienda como titular del ramo. Durante su gestión, Pemex realizó las primeras adjudicaciones de contratos integrales para exploración y producción; es decir, esquemas contractuales que permitieron, por primera vez en la historia de la paraestatal, la participación de empresas privadas nacionales y extranjeras en dichas actividades.

Nueva imagen para el país

Con el economista al frente de la SRE, desde su primer día la nueva administración trabajó para bajar el perfil mediático de la violencia, posicionar a México como un país a punto de despegar y convencer a los mercados internacionales de que existían los acuerdos políticos necesarios para hacer del de Peña Nieto un gobierno reformista.

El 1o. de diciembre del año pasado, durante su discurso de toma de posesión, Peña Nieto habló de las cinco prioridades de su administración, entre las que mencionó el combate a la pobreza, el cambio en la estrategia de seguridad y la calidad de la educación; no obstante, fue enfático en señalar que los esfuerzos de su administración se enfocarían a hacer que México despuntara como país.

"Gracias a la solidez de nuestras instituciones, la realidad irreversible de nuestras democracias y la solidez de las finanzas, México está ahora listo para despuntar en el mundo del siglo XXI", aseguró.

Al día siguiente, Peña dio un paso fundamental en esa estrategia: la firma del Pacto por México con el PAN y el PRD: un acuerdo inédito con una agenda de 95 temas que incluye las llamadas reformas estructurales y que el diario español El País calificó como "la versión mexicana de los Pactos de la Moncloa".

El 7 de enero de 2013, durante la XXIV Reunión de Embajadores y Cónsules de México, el Presidente instruyó al cuerpo diplomático a convertirse en agentes económicos. "Sean agentes de comercio y las inversiones recíprocas; contribuyan a apuntalar el liderazgo de México en los principales foros internacionales", precisó.

De acuerdo con la Presidencia de la República, en los primeros seis meses de su administración, Peña Nieto ha pronunciado 17 discursos fuera del país; sólo en tres de ellos ha hecho una vaga alusión al tema de la violencia:

El 9 de abril pasado al dictar la conferencia magistral México en el mundo; un actor con responsabilidad global, en Japón; el 24 de ese mismo mes durante su visita a Perú, y el 19 de junio al dictar la conferencia magistral Mexico´s moment: structural reforms, democratic governance and global, en Londres. En las tres ocasiones mencionó la reducción...

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