Rebanadas / Bonito lugar pero sin abusar

AutorCony Delantal

SORPRESA EN ESCENARIA

Plaza Escenaria siempre ha sido un lugar de restaurantes, de los cuales muchos han ido y venido. Hace unos días estuve por ahí y me encontré con un par de novedades. Una de ellas es Duo Bistro & Garden, restaurante de cocina afrancesada que apenas está arrancando y lo está haciendo con el pie derecho. Ahí les va.

Fue cumpleaños de uno de mis hermanos que vive por los rumbos del Pedregal y su esposa nos llamó para invitarnos a celebrarlo. Así que mi marido y yo llegamos a su casa con todo y tarta de higos. Tocamos el timbre y cuando nos abrieron la puerta nos enteramos con que la fiesta no iba a ser ahí sino en algún restaurante que encontráramos "por ahí".

¡No, hombre! si se nota que mi cuñadita adora a mi hermano. Ni tiempo de refrigerar la tarta y nos las tuvimos que llevar.

Así que como a mi cuñada parecía no importarle pararse a comer en un puesto de tacos o terminar en un restaurante de mala muerte, tomé las riendas y nos lanzamos a Escenaria.

Duo Bistro & Garden nos pareció la opción más atractiva. El lugar está dividido en dos. El Garden, grande y vistoso, es lo que podríamos llamar su terraza. Es más informal, ideal para echar una copita y escuchar música un jueves o viernes en la noche con buena coctelería. El Bistro es un salón íntimo, elegante y refinado, ideal para una celebración.

Desde que llegamos la atención fue sobresaliente. Nos hicieron sentir en casa con su rico pan hecho ahí mismo y una mantequilla con cocoa y cardamomo.

El menú es muy atractivo, con mucha presencia de foie gras. Nosotros apostamos por la tabla de quesos ($199), que resultó una deliciosa variedad de camembert, cabra, parmesano, provolone y maasdam, que acompañamos con un espectacular chutney de guayaba y brotes de betabel. Lástima por mi cuñada que se quedó esperando el quesito oaxaca.

También ordenamos las piedras negras de robalo ($189). El platillo consiste en esferas de robalo marinado en limón, cubiertas de tempura entintado. Para acompañar una tártara habanera y papas fritas. Una cosa riquísima. Toda una experiencia partirlas y encontrarlas humeantes por dentro.

En cuanto a segundos tiempos no hubo uno que no estuviera de diez. Mi cuñada pidió la crema hojaldrada de hongos y morillas ($129) que en cuanto la vi llegar casi se la arrebato. Al final me tuve que conformar con meter mi cuchara y darle un discreto sorbo. Estaba estupenda.

A mí se me antojó el ceviche de salmón con papaya y mango ($134) que llegó soberbio en copa...

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