Rebeldía contra la falta de imaginación

AutorMónica Lavín

Juan Soriano es uno de los artistas imprescindibles para pensar la cultura mexicana del siglo XX. Oriundo de Guadalajara, Jalisco, niño prodigio que desde pequeño comenzó a trabajar con Chucho Reyes Ferreira y descubrió su vocación por el dibujo y la escultura, ha sido amigo de los intelectuales y artistas que han trazado el mapa de ideas y la estética de este siglo. Entre su galería de amistades, algunos retratados por él, figuran Lupe Marín, Xavier Villaurrutia, Octavio Paz, Leonora Carrington, Jomi García Ascot, León Felipe, Lola Alvarez Bravo, María Izquierdo. Suya es la Paloma a la entrada del MARCO en Monterrey. Esculturas monumentales como el Toro, el Aguila, la Sirena, la Ola. Ha pintado temas tan diversos como animales, agua, muertes, niñas, calaveras, bodegones, retratos y autorretratos de intensa presencia. Juan ha recorrido el siglo no sólo con un encanto personal y una gran generosidad y sentido del humor sino con el talento que ha hecho que Juan García Ponce, Sergio Pitol, Octavio Paz, Julieta Campos, Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska y muchos más escriban sobre él con desenfadada pasión. Por eso, platicar con Juan Soriano es un halago. Gran conversador, sigue siendo un eterno buscador, un afanoso artista con un horario estricto entre homenaje y homenaje, viajes y compromisos en los que la vida a sus más de setenta años lo ha colocado. Cosecha los frutos de un arar permanente.

Pero Juan ha trabajado tanto que no puede obviarse una etapa de su vida y de la vida cultural de México: Poesía en voz alta, un proyecto escénico que aglomeró con natural entusiasmo a jóvenes creadores, lúcidos y deseosos de compartir la palabra, la poesía, con el público. Se buscó la manera de aterrizar las inquietudes de los integrantes, no del todo casados con una sola idea. Juan Soriano, el único de los fundadores que estuvo desde el principio hasta el final, sin duda revolucionó el escenario y la concepción tradicional del vestuario. Su mirada y su propuesta fueron un asunto de vanguardia. Difícil como es trabajar en equipo, y Poesía en voz alta fue labor en grupo, Juan Soriano se resiste a la memoria o diríamos que la memoria se resiste a fluir precisa y ordenada. Sin embargo Juan Soriano conversó sobre la experiencia, luminosa, absorbente, desgastante pero sin duda vital que fue Poesía en voz alta. Esto ha permitido recrear una memoria necesaria. Juan Soriano es artista y tiene el don de la gracia y la generosidad. Testigo y activo creador...

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