Reflejan con terror violencia infantil

AutorJesús Díaz

El cineasta sueco Tomas Alfredson recuerda aún las bromas que le hacían sus compañeros en la primaria, cuando era víctima de burlas sin sentido que, más que tristeza, le causaban enojo.

Esta experiencia, asegura, lo inspiró para realizar la cinta de terror Déjame Entrar, que se estrena hoy en 17 salas del Distrito Federal, y en la que intentó reflejar la violencia infantil en forma de metáfora.

"La sociedad cree que los niños que reciben algún tipo de abuso están tristes, pero, en realidad, sienten mucho enojo, y si alguien no tiene el carácter para ayudarlos, este sentimiento se queda en ellos.

"El resultado lo hemos visto: tiroteos en las escuelas y violencia en las calles. La gente debe saber que, probablemente, estos niños se sienten muy atormentados y necesitan apoyo", opina el realizador en entrevista telefónica desde Suecia.

Déjame Entrar narra la historia de Oskar (Kare Hedebrant), un niño que decide aislarse tras ser violentado en la escuela, hasta que comienza una amistad con una nueva vecina, Eli (Lina Leandersson), una niña vampiro de más de 200 años.

Si bien la cinta obtuvo el Premio del Público de la XIX Semana de Cine Fantástico y de Terror de Donostia, su director afirma no conocer mucho de este género.

"No es que no me guste el cine de terror, lo que sucede es que no sé tanto. De hecho, hace cuatro años, cuando me llegó la invitación para hacer esta película, que está basada en un libro, no me interesó. Pero, cuando la leí, vi tanto realismo social que se me hizo fascinante".

El cineasta explica que, durante el rodaje, intentó reflejar una...

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