Reinas de copas

AutorArisbeth Araujo

Dicen que el vino es cosa de hombres... y de mujeres también. Antes de los 90 la enología estaba fuera del mercado mexicano y pocas personas pensaban en esta bebida como una alternativa de vida.

Ahora, no sólo es una opción para los hombres, es un espacio donde las mujeres han encontrado una manera de explotar sus habilidades. Un quinteto de mujeres muestran por qué en las últimas tres décadas se han convertido en reinas de la vid.

Georgina Estrada: Sommelier

Herencia de papá

A los tres años de edad, el padre de Georgina Estrada le ponía un poco de vino en un caballito de tequila y la enseñaba los puntos que tenía que cuidar al degustarlo. Hoy es una de las sommeliers más respetadas dentro de la industria gracias a su facilidad para trasmitir las características de las bebidas.

"Con un dedito probaba el vino de la copa de mi papá. El era un enófilo y todos los días se sentaba con una copa y una libreta donde registraba el color, aroma, sabores y todo sobre un vino. A mí me gustaba verlo y hacer el ejercicio con él, era como un juego", dice.

Eran los años 90 cuando Gina, como se le conoce en el medio, decidió dedicarse a explorar el vino y convertirlo en su profesión, pero fue hasta 1998 cuando estudió el diplomado de sommelier.

"Se desconocía el mundo del vino, fui sommelier desde mis 21 años, antes de graduarme como tal. Por muchos años estudié por mi cuenta, en libros y en mi casa. Cada semana hacíamos una cena donde degustábamos distintos vinos", cuenta.

En 2001 entró como sommelier a Le Cirque, donde laboró durante cuatro años, y de ahí su carrera empezó a ser reconocida.

Ahora Gina es parte de la Asociación de Sommeliers Mexicanos, tiene su empresa de consultoría sobre vinos, y lleva siete años como embajadora del coñac Louis XIII.

"En mi carrera está involucrada la parte sentimental. Mi papá siempre me transmitió el amor por el vino y mi madre me enseñó la importancia del equilibrio para lograr armonía dentro de la gastronomía, ahora mi trabajo es mi vida y mi pasión", concluye.

Su ideal

Ella considera que un sommelier debe tener:

  1. Espíritu viajero para saber más de vinos

  2. Conocimientos de gastronomía, destilados y quesos

  3. Experiencia sensorial: degustar para conocer

  4. Actitud didáctica: estar dispuesto a enseñar

  5. Amor y pasión por los vinos

    "Un sommelier se apasiona, ama y cata para formar nuevos amantes del vino. Es una gran responsabilidad serlo".

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